El ego es esa parte de nuestra personalidad que a veces cuando se pronuncia demasiado u ocupa un lugar que no le corresponde, nos causa bastantes quebraderos de cabeza y hasta puede suponer un obstáculo enorme para alcanzar nuestras metas y objetivos personales.
Quizás, en ocasiones, hemos oído decir expresiones del tipo “es que tiene un ego muy grande” o “demasiado ego no deja ver la persona que hay detrás”. Y es que aunque el ego no es el jefe, en la mayoría de los casos se comporta y ejerce como tal, y es cuando se hace necesario bajarle los humos.
Y aunque es un componente necesario e imprescindible, ya que forma una parte esencial de nuestra identidad personal, no hay que permitir que tome el poder porque de lo contrario, puede aniquilar nuestra verdadera esencia y convertirse en un auténtico estorbo para alcanzar la paz y la felicidad internas.
Es por esto que debemos aprender a transformarlo y domarlo en consecuencia, para que no se erija como el dueño y señor absoluto de nuestra persona, y lo podemos conseguir cambiando aquellas conductas que resultan erróneas.
A continuación compartimos las cinco conductas responsables de alimentar al ego y hacer que se hinche como un globo. Si aprendemos a transformar dichas conductas, el ego estará a nuestro servicio y no permitiremos que nos domine a nosotros.
Tabla de contenidos
1. Elige no sentirte ofendido
Cuando alguien te dice algo que te molesta personalmente o no te gusta, elige no ofenderte. Muchas veces nos tomamos demasiado en serio lo que nos dicen los demás y se hace necesario aprender a discernir y valorar qué hay de certeza en lo que escuchamos. Por eso es importante pasarlo por nuestro filtro personal, antes de reaccionar impulsivamente, porque eso es lo que hace el ego.
E incluso, en el caso de que la intención de dicha persona sea precisamente la de hacer daño directamente y ofender con sus palabras, entonces hemos de respirar profundamente y simplemente esquivar el golpe. Evidentemente al principio cuesta bastante conseguirlo, pero cuando ponemos este mecanismo en práctica, cada vez es más fácil lograr que nos resbalen dichas ofensas.
♥ Toma nota: No descargues tu malestar con los que más quieres
2. Al ego le encanta competir y ganar
Has de saber que aquel que siempre quiere ganar, lo único que consigue es alimentar un hambre que se convierte en insaciable porque el ego jamás se sentirá satisfecho y siempre querrá más y más.
Y es que además cuando no conseguimos ganar esto nos genera mucho estrés y frustración internas, perjudicando asimismo seriamente nuestras relaciones personales. Aprender a perder se hace indispensable para que el ego no nos domine.
3. Libérate de la necesidad de tener siempre la razón
Cada cuál tiene su particular punto de vista y son muchos los que creen que el suyo es el correcto o el único, pero ni mucho menos, tan sólo es el suyo. Cuando nos empecinamos en tener la razón, estamos imponiendo algo sobre la otra persona y el ego es el que pretende posicionarse por encima a toda costa.
Dialogar, escuchar, proponer y aprender de la mutua conversación siempre será mucho más saludable y reconfortante para ambos. Si necesitas llevar siempre la razón, el ego hará que te aisles del resto creando su propia cárcel.
♥ Toma nota: Aprende a decir «NO»
4. Al ego le encanta sentirse superior al resto
Es algo inherente al ser humano hacer comparaciones todo el tiempo, pero de sobra sabemos que esto no es bueno y tampoco nos conduce a sentirnos bien con nosotros mismos. Nadie es superior, ni inferior. Todos somos diferentes y únicos.
Una cosa es querer mejorar como personas y otra muy diferente es pretender ser mejor que otra persona. Nuestro baremo personal de autovaloración jamás ha de estar dictaminado por la vara de medir que hacemos cuando nos comparamos con los demás.
5. Cambia “tener” por “ser”
Vivimos en una sociedad de consumo, dónde el “tener” tiene mayor peso que el “ser” y dónde creemos que cuánto más tenemos, más felices podremos llegar a ser. Pero esto es tan sólo una mentira más porque el acumular riquezas materiales jamás nos dará la felicidad.
Al ego le encanta tener, porque cree que ahí es dónde reside su poder y mientras, nos va alejando del ser. Y la clave para domar al ego y para que esté a nuestro servicio y no al contrario, está precisamente en dejar de darle importancia al tener y prestar más atención a nuestro ser interno, intentando ser mejores personas cada día, aprendiendo a respetarnos y aceptarnos tal como somos y también hacerlo con las demás personas que nos rodean.
Cuando conseguimos transformar estas cinco conductas, logramos liberarnos de la tiranía del ego, siendo más capaces de alcanzar la felicidad interna.
♥ Toma nota: 5 hábitos que te cambiarán la vida