En un sentido más genérico dentro de la Quiromancia, a las manos podemos definirlas como la capacidad que tenemos los humanos para dar y recibir. Representando asimismo las diferentes actividades que podemos realizar gracias a ellas, así cómo la manera en que desempeñamos nuestras labores diarias y nuestra manera de presentarnos ante los demás.
Las manos, al igual que la Luna, tienen dos caras, la interna y la externa. Cuando estamos dando algo estamos mostrando la parte interna, la palma de la mano, mientras que si lo recibimos, mostramos la externa. Las palmas de las manos son más complejas para interpretar y es por esto que son el reflejo del alma interna de la persona y en Quiromancia conforman la base de sus lecturas e interpretaciones.
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Interpretación simbólica de las manos
Simbólicamente, podemos darnos cuenta como hacemos uso de nuestras manos de maneras muy diferentes. Con ellas sujetamos, indicamos, hacemos señales, estrechamos, acogemos, etc. Podemos ser muy hábiles con ellas, “manitas” o “mañosos”, o bien todo lo contrario, torpes y “manazas”. Pero también usamos expresiones que nos aportan un amplio contexto para definir aspectos de nuestra personalidad a través de las manos.
Así nos vamos encontrando con muchas expresiones que usamos en la vida diaria para reflejar tanto actitudes, como formas de ser y calificativos: como tener “mano dura”, “buena mano”, “manos de mantequilla”, “echar una mano”, “ser la mano derecha”, “con las manos en la masa”, “de mano en mano”, “frotarnos las manos”, “mano larga”, “en buenas manos”, “llegar a las manos”, “traerse algo entre manos”, etc.
Vemos así como las manos contienen un sin fin de significados simbólicos en nuestro lenguaje cotidiano. Por ello, todo aspecto característico que defina nuestras manos, hablara acerca de nosotros. Así su aspecto físico también simbolizará una parte de nuestra personalidad. Ellas pueden ser suaves, duras, ásperas, flexibles, nudosas, llenas de marcas, alargadas, cortas, retorcidas, frías, etc.
![cogernos de las manos]()
Significado psicológico de las manos
Las palmas de las manos son la conciencia del alma, y por tanto de nuestro inconsciente, dónde quedan registradas las vivencias tanto del pasado como del futuro. La naturaleza de las manos es el dar sin resistencias, el de proveer y el de crear. Esculpimos y modelamos con nuestras manos, intercambiamos energía a través de ellas y desarrollamos el sentido del tacto para establecer una comunicación sensorial.
Dentro de un contexto espiritual se entiende que venimos al mundo a dar, a compartir y a contribuir. El dar es el motivo final de nuestra existencia. Cuando tenemos problemas en las manos, debido a accidentes o enfermedades, está revelando un conflicto emocional y psicológico que tiene que ver con nuestras resistencias a dar.
Todo el mundo posee tesoros del alma que si, por lo que sea, no somos capaces de compartir con los demás, pierden su verdadero valor, no sirven para nada y ni siquiera seremos conscientes de que los tenemos. Problemas en las manos simbolizan que hay creencias psicológicas que nos están limitando porque pensamos que no tenemos nada digno de ser compartido y eso no es cierto. Somos ricos en tesoros internos y siempre podemos compartirlos, siempre tenemos algo para dar porque como hemos dicho, es nuestra naturaleza.
Siempre hay alguien que necesita una mano amiga, y disponemos del «poder» para hacerle la vida más fácil a las personas que están a nuestro alrededor, echándoles una mano, que es otra forma de dar. Otra forma es acariciando, dando cariño, podemos «curar» a través del afecto de nuestro tacto, porque al tocar a otra persona llevamos su atención a esa zona del cuerpo que es acariciada. La atención y el toque consciente tiene el poder de transformar.
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Conflictos emocionales que se esconden en las manos
Los conflictos emocionales de los que nos hablan las manos, tienen que ver con el trabajo que desempeñamos con ellas, es decir, de las actividades que desarrollamos en general, ya pueden ser a nivel laboral, o creativo por la habilidad al realizar algo concreto, o debido a la precisión y las actitudes que sobresalen en el trabajo que realizamos. Cuando los problemas en las manos surgen, cualquier acto de lo descrito anteriormente está relacionado con un conflicto oculto.
La dificultad reside en averiguar de qué conflicto se trata cuando el problema se manifiesta, por lo que el trabajo interno ha de ser profundo, ya que pueden ser muy sutiles en cuánto a su interpretación. Partiendo de la base de que sabemos que las manos realizan muchas funciones, es importante darnos cuenta cuál es aquella área de nuestra vida, que nos está afectando y que ahora nos está impidiendo llevarlas a cabo. De esta manera podemos saber cuál es el conflicto oculto.
Por ejemplo, un dolor, una fractura, un corte o una artritis puede darnos significados concretos de cuáles son los conflictos inconscientes manifestados, pero en general, indican que aquellas actividades que estamos «haciendo» actualmente no nos gustan o desagradan, no estamos cómodos realizándolas o simplemente lo que hacemos, lo hacemos sin amor.
Cuando surge una incapacidad en alguna mano, simboliza que no estamos realizando las labores que realmente deseamos hacer. Se evidencia que no se ha atendido a las peticiones del alma y por tanto, a las necesidades o preferencias de ésta. Y mientras sigamos haciendo aquello que no nos gusta (ya sea a nivel laboral, creativo, doméstico, personal, etc) la mano no curará.
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