El suicidio es el acto de atentar deliberadamente contra la propia vida. Muchos suicidios quedan solamente en un intento. A eso se llama comportamiento suicida y es muy importante el seguimiento ya que en un 20% de los casos, las personas que terminan acabando con su vida, ya lo habían intentado previamente.
Cuando una persona ingresa en Urgencias debido a un comportamiento suicida, es decir, a un intento fallido, lo primero que suelen descartar los médicos tratantes son las causas fisiológicas y sociales que hayan contribuido al intento de suicidio.
Causas fisiológicas y sociales que pueden contribuir al intento de suicidio
Las causas fisiológicas más comunes serían:
- Insomnio
- Abuso de susbtancias químicas (drogadicción o alcoholismo)
- Trastorno bipolar de la personalidad
- Depresión crónica
- Esquizofrenia
- Traumatismo creaneoencefálico, es decir, un golpe en la cabeza
- Enfermedades como el cáncer, el sida, etc
- Herencia genética
Entre las causas sociales y ambientales que pueden llevar a una persona a atentar contra su propia vida, estarían las siguientes:
- Historial de abuso sexual
- Violencia doméstica
- Pobreza
- Pérdida del trabajo
- Problemas financieros
- Abuso físico y emocional
- Duelo afectivo (pérdida por muerte de un ser querido o ruptura de una relación sentimental)
- Diversas circunstancias estresantes en la vida de la persona.
Qué hacer después de haber intentado acabar con la propia vida
- Lo primero es buscar apoyo psicológico y empezar algun tipo de terapia que te permita ubicar tus problemas para darles una salida creativa y no destructiva.
- Aprender con ayuda de la terapia y si hace falta algunos fármacos, como la realidad es una interpretación que hacemos de ella (todo es del color del cristal con que se mire) y está condicionada por nuestra forma de pensar y también por nuestra química cerebral.
- Siendo capaces de relativizar nuestros pensamientos y sentimientos seremos capaces de dominar esos estados en los que la desesperación y la falta de salidas parecen dejarnos sin opciones.
- Necesitamos elaborar un lista de personas queridas a las que podamos acudir cuando los pensamientos negativos desborden nuestra cabeza. No es bueno callar y es necesario buscar apoyo en familiares y amigos.
- Practica alguna actividad o deporte que te permita superar tus pensamientos negativos.
- La pereza es un tipo de melancolía, hay que luchar contra ella y hacer un esfuerzo: dar un paseo, hacer jogging, practicar danza o Tai chi son maneras de aprender a controlar nuestra mente a través de nuestro cuerpo.
- Debemos practicar la gratitud, hacer una lista de todo lo que tenemos y dejar de pensar en lo que no tenemos. La práctica de la gratitud diaria, al abrir los ojos, al alimentarnos, al darnos un baño agradable, nos irá haciendo conscientes de lo afortunados que somos de estar vivos.
- Practica la humildad y la paciencia. La humildad de saber que tus problemas no son los más importantes ni graves del mundo. La humildad de tener sentido del humor y verte desde un punto de vista alejado de la autocompasión y más cercano a lo relativo que es todo y a lo pequeños que son tus problemas en comparación con los de otras personas.
- La paciencia de saber que aunque te sientas muy mal, es solamente un momento y pasará, si tienes paciencia.
- Vive el día a día, da un pequeño paso tras otro para sentir el amor por la vida. Acalla la voz interior que te critica, te juzga y te hace sentir mal y dale fuerza a la voz que te ama , cree en ti y espera lo mejor de las cosas.