A continuación tienes 4 consejos para estar bien contigo mismo. Si bien la felicidad no es un estado permanente, si tiene que ser un fin para construir una vida próspera y satisfactoria y es que mientras más cultivemos una forma de vivir acorde con la búsqueda de la felicidad, será más fácil que ese magnífico estado del ser venga a hacernos compañía con mayor frecuencia.
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Quererte mucho es garantía para estar bien contigo mismo
Parece mentira pero mucha gente no sabe quererse a sí misma. Andan buscando por allí a quien querer, porque no aguantan estar consigo mismos. Y luego se sorprenden de que nadie los quiera, o por lo menos, de que nadie los quiera bien.
¿Cuántas veces te hablas a ti mismo con dureza o agresividad? ¿Cuántas veces te dices a ti mismo todos tus fallos de una manera poco constructiva? ¿Cuántas veces no te tratas con cariño haciendo cosas que pueden lastimarte? Todos tenemos una voz interior, una conciencia que siempre nos está hablando, que nos dice cosas desde dentro de nuestra alma.
Hay gente que siempre está preocupándose por los demás, trabajando, haciendo cosas para creerse merecedor de amor, pero nunca es capaz de mirarse a sí mismo con ternura y tratarse bien. Y no se trata de vanidad, sino que hay gente que no fue bien querida en su infancia o en su vida adulta y sin darse cuenta internalizó esos patrones y no cree en sí mismo. Por eso aborta cada plan que tiene, por eso no termina nada, por eso no se atreve a nada, porque no se quiere a sí mismo; o sea, no tiene fe en sí mismo y eso lo paraliza. Así que debes dejar de maltratarte y de ignorarte si quieres estar bien contigo mismo.
Deja de hacer actividades negativas, tóxicas o que no te aporten nada
Aunque esto no es tan fácil de hacer de buenas a primera, hay que tenerlo como una meta a conseguir e intentar todos los días cultivar hábitos positivos y saludables. Si tienes una costumbre que te sirvió en algún momento pero que ya ha perdido su razón de ser sustitúyela por nuevas actividades.
Esto va desde encerrarte un fin de semana a comer helado de chocolate en cantidades excesivas viendo repeticiones de tus series favoritas, o irte los viernes a bailar como una posesa en una discoteca hasta el día siguiente, porque es posible que algunas de estas actividades las hicieras (y te resultaran liberadoras) en un momento de tu vida en que necesitabas olvidar alguna pena.
Toma nota: «Cómo reconocer las relaciones cuando son tóxicas»
Pero luego se volvieron una tonta y tóxica costumbre porque seguramente ya las resacas son peores (o los kilos ganados por el exceso de chocolate) y te estás perdiendo de descubrir actividades más productivas y positivas para ti. Por eso siempre es bueno renovar los hábitos, (y sobre todo aquellos que ya no nos favorecen para nada).
Deja de dar vueltas en relaciones caducas o en situaciones emocionales que ya no te aportan nada
Vamos a ver, no se trata de leer una revista y decir que como la gente tóxica es la gente que se queja mucho, vas a mirar a todas tus amigas y la que esté pasando una mala racha y se queje mucho la vas a mandar a paseo.
Eso no es correcto. Para estar bien contigo mismo, incluso si tu amiga no está pasando una mala racha y es que se queja mucho porque es así, quejica, solamente tú sabes si sus quejas te cargan o por el contrario te recuerdan cómo es exactamente que tú no quieres ser en la vida y le dices que no se queje tanto y ella te contesta que no seas tan dura y entre las dos se equilibran.
Hay que tener cuidado con esas clasificaciones superficiales sobre lo que es la gente tóxica porque más de un paranoico se pone a ver gente tóxica en todas partes y se vuelve tóxico él mismo.
Dicho esto, hay gente y relaciones que como las situaciones, ya no nos aportan nada. Incluso podrían estarnos limitando. Si ya tienes cuarenta años y llevas toda la vida tratando de que tu madre te trate con más respeto y no lo has conseguido todavía, deberías pasar página y distanciarte un poco de una relación, que a todas luces, resulta frustrante para ti. Lo mismo con hermanos, amigos, parejas, etc.
Cada cierto tiempo hay que detenerse a pensar, sobre todo con las relaciones a las que les dedicamos mucha energía, si esas relaciones progresan de forma sana o si más bien están estancadas en un ciclo tóxico del que nadie quiere salir. Lo mejor es poner distancia, eso y el tiempo harán fluir lo que tenga que fluir; y si eso no es posible, no estarás generándote sentimientos de rabia y frustración cada dos por tres, tratando de pedirle peras al olmo o a tu madre que cambie de personalidad.
Deja de quejarte y cultiva el optimismo
La queja es una tendencia natural del ser humano. Básicamente se trata de molestar a los demás con nuestros problemas con el fin de que nos tengan compasión o mejor aún, nos los resuelvan.
Pero como debe saber cualquier quejica de largo aliento y como saben muy bien los mendigos profesionales, las quejas son las cosas peor recibidas y puede ocasionar que alguien que podría querer ayudarnos decida no hacerlo por fastidiosos.
Pero no te creas que la queja molesta solamente a los demás. Si estás solo contigo mismo y te quejas también quiere decir que no eres agradecido, que no estás viendo las cosas que tienes y además que tienes la propensión a hacer cosas inútiles y repetitivas (como quejarte, por ejemplo) por lo cual, como ejercicio, trata de ver todas las veces que reniegas al día y trata de cambiar esas críticas por agradecimiento por las cosas que sí tienes, como la salud, el amor, la belleza, el verano, etc. ¡Busca! Porque cosas para admirarse hay muchas pero a veces hay que salir un poco del modo quejica.
Por otra parte, está demostrado científica y de todas las maneras posibles, que la actitud optimista es mejor para resolver problemas y funcionar que la actitud pesimista, así que deja de quejarte si quieres estar bien contigo mismo.