Todos poseemos un gran potencial, y es de vital importancia que seamos conscientes de ello.
Cada uno de nosotros es responsable de desarrollar su potencial. Todo lo que existe, todo lo que ha hecho el hombre ha empezado con una idea, luego ha generado un pensamiento y por último ha desencadenado una acción, entonces ¿qué pasa con tu vida?
Tomar conciencia de uno mismo, es el paso inevitable hacia el éxito, si no sabemos quiénes somos, mucho menos sabremos qué queremos o para qué servimos, si no conocemos nuestros sentimientos no podremos comprender los de los demás.
Destacando nuestros puntos fuertes, podremos elegir un objetivo auténtico en base a nuestra personalidad, valores, capacidades y deseos.
La importancia de la conciencia
- Existen muchas personas que tienen algo en común conmigo, pero nadie es exactamente como yo, cada uno tiene sus emociones, reacciones, pensamientos y sentimientos.
- Todo lo que surge de mi es verdaderamente mío porque yo lo escogí. Todas mis acciones, ya sean para otros o para mí mismo, me pertenecen.
Aprender a tomar conciencia
- Soy dueño de todo mí ser: de mi cuerpo, y de todo lo que hace; De mi mente, con sus pensamientos e ideas, positivas y negativas; De mis ojos, y las imágenes de todo lo que contemplan, su capacidad de observar y valorar situaciones; De mi boca, y todas las palabras que de ella salen, amables, tiernas o duras e hirientes, correctas o incorrectas; De mis sentimientos de ira, gozo, frustración, amor, desilusión, excitación. Todos son míos los creo y provoco yo.
- Soy dueño de todas mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores, mis frustraciones y mis preocupaciones. Soy dueño de todos mis triunfos y logros, de todos mis fracasos y errores. Puedo hacer posible que todo lo que soy trabaje para mi mejor provecho. Sé que hay aspectos de mi mismo que me confunden y otros aspectos que no conozco. Pero siempre que me trate a mi mismo con amor y afecto seré valiente y puedo buscar las soluciones a todo lo que me preocupe.
- Poseo herramientas para sobrevivir, para estar cerca de otros, para ser productivo, y para encontrar sentido y orden al mundo formado por la gente y las cosas que me rodean. Soy dueño de mi mismo, puedo construirme y estar bien.