Hasta hace relativamente poco, el fracaso era una palabra muy temida. Sin embargo, actualmente se ha convertido en un término que alude a la experiencia y la posibilidad de triunfar. Está claro que no nos gusta equivocarnos, pero es imposible que todo salga como queremos. Por esta razón es importante saber afrontar el fracaso, ya que es la mejor forma de aprender.
Por tanto, los errores tienen el significado que nosotros le demos. Si los consideramos como un aprendizaje, nos van a dar la sabiduría que necesitamos para alcanzar el éxito.
Cómo pasar del fracaso al éxito
No debemos anticiparnos a un fracaso, porque no se sabe cuando va a ocurrir. Por tanto, la primera idea es pensar en positivo. Por ejemplo, si el objetivo es aprobar un examen, el pensamiento debe ser «me ha salido bien y me esforzado mucho» o «si no saco la nota que quiero, no pasa nada porque tengo más oportunidades».
Tenemos que entender la diferencia entre fracasar en algo y ser un fracasado, pues no es lo mismo. Un fracasado es el que no se esfuerza, y no lucha por aquello que quiere, mostrando poco interés en todo aquello que realiza. Sin embargo, cuando fracasamos tras haber puesto todo de nuestra parte, obtenemos una valiosa enseñanza que nos servirá para el futuro. No podemos quedarnos atrapados en el intento, sino volver a intentarlo y recordar que «caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio».
No hay que generalizar, pues a lo largo de la vida obtenemos tantos éxitos, como fracasos. Todo no puede salir siempre como nos gustaría, por lo que debemos eliminar de nuestro pensamiento la frase «todo me sale mal». Ambos términos forman parte de un mismo proceso, dónde uno es la causa del otro.
Cuando fracasamos es importante buscar el por qué, para entender lo sucedido. Por esta razón, la clave está en la interpretación y no tratar de buscar una justificación o echar la culpa a otros. Comprender un fracaso, conduce al desarrollo personal.
Es mejor quedarse con lo positivo que con lo negativo, además, el lado bueno nos va a aportar mucho más. Por ejemplo, si no superas unas pruebas físicas, piensa en esa persona tan interesante que conociste durante el proceso o como mejorar para la próxima ocasión. Ante cualquier fracaso, debemos preguntarnos, ¿Qué he aprendido? , ¿Qué cosas buenas me ha aportado?
Un ejemplo de todo lo mencionado con anterioridad, lo encontramos en el siguiente video de Steve Jobs. Toda una vida de superación y éxito.