Para muchas personas, tomar decisiones importantes, supone hacer frente a lo desconocido. Sin embargo, es un increíble poder con el que todos contamos y que nos puede llevar a grandes resultados. Decisiones que en un principio parecen simples, como por ejemplo, nuestra formación u ocupación, se terminan convirtiendo en un proceso complejo cargado de inseguridad. La explicación es sencilla y es que, de algún modo estamos fijando los pilares de nuestro futuro.
La decisión más absurda, nos puede llevar a un destino totalmente distinto. Por ejemplo, imagina que quieres dejar de fumar y un día tomas la decisión de hacerlo, aunque parezca que no supone nada, puedes añadir años a tu vida.
Del mismo modo, debemos ser conscientes que cada una de nuestras decisiones nos puede conducir al error, pero no por ello debemos sentir miedo, pues las personas de éxito también han tenido fracasos.
El principal error de todo ello, se encuentra cuando confundimos el término decisión con intención, ya que cuando decimos ‘debería’, ‘me gustaría’ o ‘quisiera’, no vamos a ningún lado, y las cosas no cambiarán. Por tanto, lo realmente importante es la capacidad de decisión y la iniciativa.
A lo largo de la vida vamos a tener que tomar decisiones muy importantes que marcarán un antes y un después en nuestro trayecto, como la elección del trabajo, la pareja, los amigos, etc. Por ello, es fundamental ser conscientes de las consecuencias que pueden venir con esas decisiones, así como sus pros y contras.
Así es que, debemos tomarnos cada situación como algo nuevo, como una alternativa para cambiar el estilo de vida que llevamos, porque como dijo Forrest Gump“ La vida es como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar”.
Ideas principales ante la toma de decisiones
Las decisiones que tomamos son la que van conformando nuestra vida.
Aunque cueste, debemos decidir sin miedos a las consecuencias.
Para decidir libremente, es importante aceptar que nos podemos equivocar
Ser conscientes que no podemos solucionar el mundo