Pensar en una persona constantemente, hasta el punto de no poder concentrarte en nada más. ¿Te ha ocurrido? Cuando nos convertimos en “adictos” a alguien, nuestro cerebro libera un torrente de dopamina que crea fuertes sensaciones de placer.
Esto se debe a que el cerebro humano está programado para buscar esa sensación con el fin de asegurar nuestra supervivencia.
Exploraremos la ciencia que hay detrás de la adicción y por qué es tan difícil liberarse de alguien que se ha vuelto importante para nosotros.
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¿Cómo saber si somos adictos a alguien?
El sistema límbico está detrás de las adicciones en general y, de la adicción a una persona en particular. Es el responsable de ese “enganchón” que sienten los adictos.
En la adicción a personas, el nivel de obsesión puede provocar problemas en otras áreas de la vida, como el trabajo o los estudios. También es frecuente empezar a descuidar otras responsabilidades (laborales o familiares) para pasar más tiempo pensando o hablando con esa persona.
¿Cómo detectar si es una adicción o se trata solo de amor? La clave está en el nivel de obsesión. Si detectas que eres extremadamente celoso y obsesivo con todos sus movimientos, algo no va bien. La línea es fina y puede costar identificarla.
¿Por qué?
Ciertas teorías aseguran que las personas que son adictas a sus parejas son, en realidad, adictos a la liberación de dopamina que supone estar en una relación.
Esto explicaría por qué sientes un intenso subidón cuando estás conociendo a alguien por primera vez y las cosas van bien.
La mala noticia es que esa sensación acaba desapareciendo. Cuando lo hace, empezarás a notarte inquieto e irritable, lo que te llevará a buscar otra persona para recibir otra «dosis de placer». Esto crea un círculo vicioso del que puede ser difícil liberarse. Cuidado.
¿Qué estrategias seguir para dejar de serlo?
- Detecta si la adicción es tal: En primer lugar, es importante que seas consciente de tus acciones y de cómo están afectando a tu vida. Si descubres que tienes comportamientos obsesivos y que estás descuidando tus responsabilidades, tómatelo en serio.
- Distánciate durante un tiempo: Marca distancia con esa persona. Esto será difícil si vivís juntos o si os veis a menudo, pero es importante poner distancia de por medio para despejar la mente.
- Busca cosas que te llenen y hagan feliz: Encuentra en tu vida algo que te llene y hagan feliz. Busca sensación de satisfacción fuera de las personas, de este modo obtendrás la dopamina de forma saludable y razonable. Esto puedes lograrlo haciendo deporte, pasando más tiempo con los amigos y la familia, descubriendo una nueva afición o haciendo algo que nunca te hayas atrevido hacer por miedo o falta de tiempo.
- Habla con un amigo o pide ayuda profesional: Hablar con alguien de confianza te ayudará a relajar la mente y aliviar la presión. Si no te ves capaz de hablar con un amigo o familiar, busca ayuda profesional. Puede ser difícil de admitir, pero a veces no queda más remedio que pedir ayuda fuera.
Los adictos a una persona se convierten en esclavos de sí mismos. Siguiendo nuestros consejos serás capaz de detectar si lo tuyo es razonable o si debes ponerte trabajar en ello para solucionarlo. Liberarte de ese círculo vicioso te permitirá tener una relación sana y feliz.