Cuando extrañamos a alguien es porque echamos de menos las emociones y las vivencias que nos hacía sentir el estar junto a esa persona especial. Y es que los recuerdos se alimentan de sensaciones, emociones y sentimientos, porque es lo que sentimos y no, lo que hacemos, lo que se queda registrado en nuestra mente. Si no hay emoción mientras estamos realizando cualquier tipo de actividad, simplemente la desechamos y nos olvidamos sin más.
Por qué echar de menos algo que está dentro, no fuera
La educación sentimental que tenemos las mujeres, muchas veces basada en las comedias románticas de Hollywood, que tanto degustamos como espectadoras, nos ha dejado enseñanzas tales como que sin el amor de una pareja jamás podremos ser felices ni estar completas del todo. Sin embargo, la realidad es algo diferente a este tipo de creencias románticas.
En la película de 1997 “Mejor … Imposible” (As Good As It Gets) Jack Nicholson le hacía a su compañera de reparto una de las declaraciones de amor más bonitas que se han dado cita en el cine, y ya ves que desde que existe la mayor fábrica de sueños del mundo, ésta nos ha prodigado desde la pantalla con miles y miles de momentos inolvidables, capaces de hacernos volar con la imaginación mientras dura la película.
“Tú haces que quiera ser mejor persona”.
♥ Toma nota: Descubre cuál es la manera en la que amas
Este ejemplo nos sirve para profundizar acerca de algo que normalmente se nos escapa de nuestro entendimiento en lo que se refiere a cuestiones sentimentales. Porque lo que hace que esta declaración sea tan maravillosa es que encierra una verdad incontestable, que sólo es posible cuando nos relacionamos de forma íntima con alguien que nos despierta sentimientos que, en otras circunstancias, no se producen tan fácilmente.
Porque siempre creemos ser mejores personas cuando el amor nos invade y sentimos que circula libremente por cada rincón de nuestra alma. El amor hace que brillemos intensamente como un astro sideral.
Y es que sabemos de sobra que no hay mejor sensación en el mundo que cuando nos enamoramos, pero nos equivocamos de pleno al adjudicar como único responsable de que esto sea así, a alguien externo a nosotras mismas. Por eso lo buscamos incansablamente fuera de nosotras, en cada gesto, palabra, mirada o hecho externo que avive la llama incandescente del amor, que ya de por sí, se encuentra en el interior de cada persona. Pero, por desgracia, casi nunca sabemos como prenderla porque creemos que necesitamos que alguien la encienda por nosotros.
♥ Toma nota: ¿Somos las mujeres inteligentes en el amor?
«No te echo de menos, me echo de menos a mi estando contigo»
Esta afirmación nos ayuda a entender que cuando creemos que el amor se acaba, en realidad no es así. Cuando una relación de pareja que ha sido importante llega a su fin, nos encontramos con el vacío que creemos que deja esa persona al decir adiós. Evidentemente, mantener una relación implica un hábito y un compartir diario que te une inexorablemente con sentimientos profundos de por medio.
De repente, ese vacío se convierte en un pozo insondable dónde sólo somos capaces de sentir la ausencia de ese amor, que ya no es correspondido. Y rápidamente empezamos a echar de menos lo que hacía a esa persona tan especial, desde lo más trivial hasta lo más significativo, como su presencia, su olor, su voz, su forma de ser, etc.
Pero aunque creamos extrañar esto del otro, en realidad lo que estamos echando de menos es lo que nos hacía sentir precisamente estas pecualiaridades, por las que nos sentimos irremediablemente atraídas, las cuáles sólo son un reflejo de nuestro mundo interno.
♥ Toma nota: Las parejas que atraes reflejan quién eres.
El amor no tiene por qué sentirse de forma dolorosa al evocar y extrañar la compañía de alguien por la que sentíamos sentimientos importantes, sobre todo si se trata de una pareja de muchos años.
El problema también es que creemos equivocadamente que el amor debe ser siempre correspondido y que amar a alguien es suficiente para que nos ame de vuelta, pero esto es absolutamente falso. Se puede amar sin ser amado y admitirlo no es nada sencillo.
Porque cuando echamos de menos a ese ser querido y lo vivido con él, en realidad lo que estamos echando en falta realmente es a nuestro propio Ser, siendo y sintiendo como era cuando compartía junto a esa persona. Ni más ni menos.
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