Todos hemos oído mencionar la palabra estrés, y es que es un término que, aunque antiguo, a partir de mediados del siglo veinte empezó a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano. En el siglo XIV ya se documenta la palabra estrés dándole el significado de una presión ejercida sobre algo, ya que es un término extraído de la física, pero es a partir de del siglo XVI cuando adquiere su connotación más asociada al plano psicológico, de estar sometido a presión tanto por circunstancias ambientales como por una persona o suceso.
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Origen del término estrés
Y es que la palabra es originaria del griego «Entringeree» y significaba ejercer presión sobre algo o apretar. Pero es a partir de unos experimentos realizados por el médico austriaco Hans Seyle en 1936, en el que sometía a unas ratas de laboratorio a distintas situaciones «estresantes» es decir, molestas o agresivas, como exceso de calor o de frío, ausencia de luz o alimento, cuando se descubren las consecuencias fisiológicas del estrés que, aunque diferentes en cada caso y bastante desordenadas, se manifestaban fisiológicamente a través de la aparición de úlceras, la atrofia del sistema inmunológico y una mayor generación de adrenalina; es entonces cuando el estrés se empieza a tomar en cuenta, como factor desencadenante de múltiples problemas físicos y mentales.
Lucha o huida, la manifestación física y biológica del estrés
Antes una situación estresante (opresiva, intensa o agresiva) el sistema nervioso simpático se activa para dar lugar a la respuesta de lucha o escape. Luego, numerosos estudios han ampliado el campo de influencia que tiene mencionado padecimiento en nuestro cuerpo: vasoconstricción (nuestros vasos se reducen dificultando o desacelerando la circulación) taquicardia,dilatación de las pupilas, enlentecimiento de la movilidad intestinal (estreñimiento). Además, se liberan numerosas sustancias en nuestro organismo:
Glococorticoides (cortisol, cortisona y corticosterona): estas substancias, aunque con funciones específicas muy positivas también, pueden alterar el normal funcionamiento del cuerpo en ciertas circunstancias, el cortisol por ejemplo, puede debilitar la síntesis de proteínas generando problemas musculares.
Así como estas substancias, se liberan muchísimas más, algunas de las cuales espesan la sangre aumentando los riesgos de sufrir una trombosis o un accidente cerebro vascular.
Sin embargo, no toda situación que nos oprima o nos exija un esfuerzo extra tiene porque ser necesariamente negativa, es por eso que la ciencia ha afinado los conceptos y el estrés tiene dos caras:
- Distrés (estrés negativo)
- Eutrés (estrés positivo)
¿Estrés positivo?
- Como vimos en nuestro articulo sobre la Ira, a nivel psicológico primario esta es una reacción ante una situación «estresante» u opresiva y aunque si es mal manejada, nos puede ocasionar muchos problemas, lo cierto es que en algunos caso nos libera de diferentes situaciones abusivas.
Pero no siempre implica estar sometido a situaciones negativas, un beso de la persona amada, una sorpresa agradable o hacer ejercicios, genera en nosotros una reacción fisiológica y despierta otra serie de procesos inversos a los que nos produce un estímulo desagradable. A ello se le denomina Eutrés o estrés positivo.
- El Eutrés proviene al igual que el estrés negativo de una exigencia «extra» de nuestras condiciones ambientales normales. Muchas de las substancias que libera el estrés negativo, las libera el cuerpo durante el estrés positivo o Eutrés, ya que nos guste o no, alguien que no reaccione a los estímulos externos está básicamente muerto. Por lo que la vida siempre tiene y debe, tener estrés, la diferencia está en la forma como percibimos «las agresiones» o «la presión» que genera el estrés.
Si nos ponemos retos (escalar una montaña) someteremos nuestro cuerpo a estrés, pero a diferencia de una situación opresiva, nosotros tenemos una actitud activa en la generación de ese estrés y cuando logramos la meta, nuestro cuerpo reacciona liberando endorfinas, se oxigena, aumenta nuestra atención, mejora nuestra concentración y se activa nuestra circulación permitiendo a su vez que nos planteemos metas más altas (una montaña mayor) y ayudándonos positivamente en nuestro camino evolutivo.
Como casi todo, el estrés, como la ira, el amor, el trabajo, las relaciones, todo dependerá «del cristal con que se mire».
Aunque el ejercicio físico es solamente un ejemplo de lo que se considera Eutrés, las metas, tanto físicas, como mentales o sociales son la gasolina para generar ese Eutrés que mejorará nuestra calidad de vida.