Según la Numerología podemos descifrar el conocimiento que tras los números se oculta. En la cultura popular al número 13 casi siempre se le ha concedido un significado fatídico, sin embargo este enigmático y mágico número es mucho más que un posible símbolo de mala suerte.
En las antiguas escrituras se exalta la importancia de las matemáticas y de la geometría, como parte del lenguaje divino, es decir, aquel que es hablado por Dios o por el Universo. Y en ellas también se habla de que, en realidad, el número 13 es un número sagrado, que representa un renacimiento tras la muerte.
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La Numerología Ocultista
Los ocultistas y todos los amantes de las Ciencias Ocultas poseen una gran predilección por los símbolos y los números, porque tienen muy claro que éstos son portadores del poder para traducir los enigmas y de todo aquello que permanece oculto a nuestro entendimiento.
Madame Blavatsky en su libro “La Doctrina Secreta” explica cómo los números son la clave fundamental para entender todos los secretos del Universo, revelando de esta manera todos los prismas de pensamiento posibles. Asimismo, en La Cábala se explica cómo todos los pensamientos y acciones están determinados por los números y éstos son vistos como la esencia misma de la vida.
Los ocultistas afirman también que solo «hay que observar para poder ver». Sin embargo, a nivel colectivo tendemos a pensar y alimentar la creencia de que cuando suceden cosas extraordinarias simplemente es porque las coincidencias existen.
Las sociedades secretas han hecho uso de la Numerología desde tiempo inmemorial, afirmando que solamente aquel que posea el verdadero conocimiento de los números estará prevenido sobre futuros acontecimientos, y así se puede comprobar como muchas fechas importantes, que están asociadas con la Numerología Ocultista, han marcado el destino de hechos históricos relevantes.
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El orden caótico del número 13
Para todos ellos, el número 13 y el número 11 son los dos números maestros más mágicos que existen y que, cuando se hacen un mal uso de su poder pueden ocurrir desde grandes desastres de la Naturaleza hasta tragedias humanas de enorme alcance.
Y es que el número 13 también está asociado a actos revolucionarios que representan la oposición contra toda autoridad o restricción que limite o coaccione. Se dice que es el «número rebelde» por excelencia que enfrenta las injusticias divinas o que se opone a la propia autoridad de Dios.
Por esto cuando es asociado a la superstición y a la mala suerte es porque de forma intuitiva solemos temer todo aquello que contiene un poder desconocido e incontrolable. Pero esto también es así porque el número 13 está asociado a la muerte, de hecho en Tarot es el correspondiente al Arcano La Muerte.
Sin embargo, a nivel esotérico o espiritual, la muerte no es vista como un símbolo negativo que implica un final, ni mucho menos, sino como la portadora de un gran cambio que permite el renacimiento y la transformación. Representa un paso decisivo hacia otro estado superior de conciencia. Es por ello también que es considerado como un número evolutivo y kármico.
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El número 13, ¿buena o mala suerte?
Algunos son los que afirman que el origen de la mala fama, que suele granjearse el número 13, reside en la idea extendida de la tradición cristiana de que no deben sentarse trece a comer en la misma mesa, porque entonces el mal augurio estará asegurado. Y es que fueron doce los apóstoles, que junto con Jesús, formaban un total de trece personas sentadas a comer en la famosa Última Cena.
Pero también existen muchos mitos procedentes de diferentes culturas religiosas antiguas, dónde también se ha traducido el simbolismo del número 13 como fatídico o de mal agüero. Sin embargo, hay otras muchas, como sucede con la antigua civilización Maya o Egipcia, dónde lo consideraban un número sagrado.
Es por esto que los entendidos en Numerología advierten que la carga negativa con la que se asocia a nivel popular, es más por una comprensión errónea de su verdadero significado, que por los propios y dudosos méritos a los que se suele asociar comúnmente al número 13.