Gracias a que fue un hito el problema de los desórdenes alimenticios en los años 80 y 90, muchos nos enteramos de que existía la Bulimia, La Anorexia y una serie de enfermedades mentales asociadas al consumo (o a la ausencia de consumo) de alimentos y a la autopercepción corporal, que tenían numerosas niñas y adolescentes.
Ha sido una opinión generalizada asociar este tipo de desórdenes alimenticios a carreras como el mundo de la moda, la interpretación o del deporte, ya que fue gracias a numerosas autobiografías y reportajes sobre el mundo de las élites, que salieron a la luz este tipo de trastornos psiquiátricos en los noventa.
Así fue como un problema reservado antes solo a personajes sometidos a una gran presión social (de hecho, eran trastornos propios de mujeres de clase alta, deportistas de élite y modelos) saltó a la vida cotidiana, como parte de una confundida manera de muchas adolescentes, de parecerse a sus heroínas del jet set: modelos, tenistas, actrices de cine, cantantes, etc
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Los desórdenes alimenticios en el punto de mira
La Anorexia y la Bulimia se pusieron «de moda» y aunque aparentemente, se trataba de visibilizar una enfermedad de consecuencias bastante graves, lo cierto es que también se le hizo mucha publicidad, logrando que emergieran casos de bulimia y anorexia por doquier en los tardíos noventa.
Aunque aún los psicólogos y los investigadores sociales no se ponen de acuerdo en cuáles son las causas específicas de éste tipo de trastornos, si se han desarrollado una serie de mecanismos para definir y atacar lo que puede ser definido como “Desórdenes alimenticios”
Anorexia, Bulimia, Obesidad, Vigorexia, Ortorexia, Hiperfagia, Pagofagia, Geofagia….hay casi tantos desórdenes alimenticios como personas en el mundo.
Los desórdenes alimenticios son sólo una de las cientos de manifestaciones de trastornos obsesivos compulsivos, que se basan en creencias falsas y actos repetidos (y obsesivos) que pueden llegar a atentar contra la propia vida.
Producto de la baja autoestima, la necesidad de control y un excesivo perfeccionismo lo que se puede confundir con una actitud excesivamente rígida ante la comida, desemboca en “síndrome” o “trastorno” debido también a una reacción psicológica ante determinados factores interpersonales, biológicos y sociales.
Los desórdenes alimenticios «más famosos»
- La Anorexia:
Fue el más famoso de los trastornos alimenticios alimentado por la industria de la moda y la publicidad. En los noventa modelos con Kate Moss a la cabeza explotaron el estilo “Heroin Chic” que era una sórdida mezcla entre el aspecto sucio y desaliñado de un yonqui, con la delgadez extrema y enfermiza de una víctima de la anorexia. Sin embargo, Kate Moss cometía una impostura propia del arte, porque estas enfermedades no son para nada glamurosas, ya que la salud es parte indispensable de la belleza física.
Una persona anoréxica tiene una percepción errada de su cuerpo, viéndose gorda cuando en realidad va perdiendo peso hasta niveles peligrosos para la salud. Esto hace que la persona víctima del trastorno evite alimentarse, rechazando la comida y obsesionándose con el conteo calórico y el peso corporal. La persona anoréxica se niega a ingerir alimentos lo que la va llevando progresivamente a un estado de desnutrición que puede conducir a trastornos irreversibles y un desenlace fatal.
- La Bulimia:
La segunda más famosa entre los trastornos alimenticios es la Bulimia. Consiste en una obsesión muy parecida a la de las anoréxicas con las calorías ingeridas y el peso corporal. Sólo que a diferencia de las anoréxicas, que son muy estrictas cuando de negarse del alimento se trata, las personas que padecen del trastorno de Bulimia, se dan grandes atracones de alimentos muy calóricos y luego proceden a vomitarlos, así como a usar laxantes o realizar ejercicios excesivos para evitar que los nutrientes y (sobre todo) las calorías que van pegadas a ellos, lleguen a entrar en el cuerpo.
Esto genera, aparte de la desnutrición propia de los anoréxicos otra serie de problemas, como úlceras gástricas y en la garganta por los ácidos producidos por el vómito, así como pérdida de la dentadura y un aliento (producto del vómito constante) que se puede clasificar de todo menos de glamuroso.
Otros desórdenes “extraños” de alimentación
- Pica o alotriofagia: Su característica principal es el deseo compulsivo de lamer, masticar o incluso comer artículos que no tienen ningún elemento nutritivo como tiza, cigarrillos, papel, yeso, pintura, etc, ya que estas personas son incapaces de distinguir qué son alimentos y qué no lo son.
- Geofagia: A la persona víctima de este trastorno le produce apetencia comer tierra. Se da sobretodo en mujeres embarazadas, niños y personas con retraso mental y algunos piensan que su origen se debe a deficiencias minerales.
- Diabulimia: Entre las personas diabéticas que depende de la insulina para regular los azúcares en el cuerpo, se da a veces el caso de personas que manipulan la dosis de insulina con el fin de perder peso.
- Ortorexia: Es una obsesión por los alimentos sanos y naturales, así como por la fibra y la comida sana que puede confundirse en tiempos recientes con el “veganismo” pero que en casos extremos elimina una serie de alimentos esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
- Pagofagia: Se manifiesta por un deseo muy fuerte de comer hielo.
En realidad, hay muchísimos trastornos alimentarios, en esta categoría entra incluso la obesidad ya que podemos definir un trastorno alimentario como una relación errada y conflictiva con el hecho de alimentarnos que desemboca en numerosos problemas psicológicos y físicos, por lo que si sospechamos que algún familiar o nosotros mismos, estamos cayendo en una relación conflictiva con la alimentación es momento de tomar cartas en el asunto.