El cerebro es un órgano de vital importancia y lo asombroso de ello es que no cesan los descubrimientos y así mismo los misterios que guarda éste órgano central.
Una de las situaciones más incomprensibles y problemáticas que se da en el campo de la medicina está relacionada con lo que se conoce como “miembros fantasmas” , y son órganos que después de haber sido amputados, continúan generando trastornos en sus dueños, ya sea a través de dolores , picazón , parálisis u otro tipo de sensaciones desagradables que eran imposibles de tratar debido a que el miembro sencillamente no existe.
Imaginemos las situaciones:
Ejemplo uno:
- Doctor, me pica mucho el pie izquierdo…
- pero si usted no tiene pie izquierdo …
- por eso no me puedo rascar…
Ejemplo dos:
- Doctor, tengo la mano derecha dormida desde ayer…
- pero si usted no tiene mano derecha…
- pues por eso no la puedo sacudir y me duele mucho.
Puede parecer un chiste cruel, pero esta situación genera terribles problemas para quienes la padecen y disminuye notablemente su calidad de vida. Se cree que más del 70 % de las personas amputadas experimenta dolor en el “miembro fantasma”.
No se saben las causas por las que una persona continúa teniendo sensaciones en un miembro fantasma. Se cree que el cerebro tiene su espacio reservado para ese miembro y que genera las sensaciones que el “cree” que debe sentir en esa parte del cuerpo.
Origen de la terapia espejo
En los años 90 el neurólogo Vilayanur S. Ramachandran, de la Universidad de San Diego en California propuso que había sucedido que muchos de los pacientes que sufrían “parálisis” en el miembro fantasma la habían sufrido antes de la amputación y esto había quedado de alguna forma como una impronta en el cerebro , por lo que el cerebro había aprendido que ese miembro estaba paralizado.
Para entrenar al cerebro se creó la caja espejo que consiste en una caja con dos agujeros (uno para insertar el miembro sano y otro para el miembro amputado). El paciente mira hacia donde está el miembro sano que se refleja en un espejo que divide la caja en dos. Entonces moverá el miembro existente y creara la ilusión óptica del que se está moviendo es el miembro amputado.
¿En qué consiste la terapia del espejo?
Aparte de su uso a nivel neurológico, se han desarrollado numerosas terapias psicológicas alrededor de este elemento tan cotidiano y sin embargo, tan poderoso a nivel psicológico.
Una muy técnica muy sencilla, si la aplicamos una semana podremos ver los resultados:
- Algunas personas no se miran casi nunca en el espejo, no con atención, no tratando de establecer un diálogo consigo mismo.
- En períodos en los que necesitamos tomar desiciones importantes o clarificar como nos sentimos frente a una persona o una relación.
- Se recomienda escoger un momento del día tranquilo, en el que no vayamos a ser interrumpidos y sentarnos frente a un espejo. Hacernos una serie de preguntas sinceras mientras respiramos de forma regular y controlada. (Podemos hablarnos de la siguiente manera ¿qué pienso de la persona que tengo frente a mi? ¿me parece atractiva? ¿me parece triste ¿ ¿me parece alegre? )
- Tratando de establecer cierta objetividad como si el reflejo que vemos no fuésemos nosotros y es que descubriremos que poco nos vemos con atención.
- Contestamos estas preguntas y hacemos otras más. Esto sirve para concentrarnos en determinados momentos sobre quién somos y qué queremos.
También funciona utilizar mantras.
Louise Hay, la famosa terapeuta desarrolló un sencillo, pero efectivo método en el que te miras y recitas una serie de afirmaciones positivas:
“ me amo y me acepto tal y como soy”
“ Yo construyo mi mundo” “ Yo controlo mis estados de ánimos” “Alimento a mi cuerpo sanamente” y cualquier tipo de afirmación que se te ocurra dependiendo del problema a tratar (puedes escribirlas, lo importante es que te centres en un asunto en particular).
Se trata de evitar utilizar el espejo para la autocrítica constante:
“Me salió un grano”. “Estoy arrugada” “ Estoy gorda”
Se recomienda repetir estas afirmaciones cada día durante un tiempo.
La idea es sustituir las críticas, por estas afirmaciones hasta que las interioricemos.