El concepto de honestidad solemos limitarlo a cuestiones materiales. Hablamos de que tal o cual persona es honesta (o todo lo contrario) por lo que ha hecho en su vida o una situación concreta.
Sin embargo, la honestidad es un valor que va mucho más allá. En el contexto de las relaciones de pareja, tiene una enorme importancia. Su presencia o ausencia puede definir el rumbo y la calidad de una relación. ¿Cómo trabajarla y por qué hacerlo?
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La honestidad como base de la pareja
Siempre que hablamos de las relaciones de pareja solemos mencionar la comunicación, un término esencial para transmitir las emociones y los pensamientos sin distorsiones.
En la base de todo está la honestidad. Es una de las piedras angulares de la confianza. Al ser honestos, demostramos a nuestra pareja que somos dignos de confianza. Esto crea un vínculo mucho más sólido para seguir creciendo.
También evita malentendidos. Si la honestidad forma parte de ti, siendo transparente con palabras y acciones, las confusiones se minimizarán.
Y al contrario. Imagina que no eres del todo honesta con tu pareja. ¿Cómo crees que reaccionará él en caso de duda? Lo más probable es que un pequeño problemilla termine desencadenando una auténtica guerra.
¿Por qué debes ser honesta con él?
La honestidad es mostrarte tal y como eres, con tus fortalezas y debilidades. De esta forma permites que tu pareja realmente te conozca y aprecie por lo que eres.
Al contrario de lo que algunos piensan, mostrar las partes más vulnerables fomenta una conexión más profunda y sincera. Refuerza la relación.
Además, al abrirte y ser completamente honesta, es más fácil que evolucionéis juntos. La honestidad creará un entorno sano para trabajar sobre vuestras necesidades, deseos y miedos.
Otro punto importante es que mantiene tus valores intactos. Si eres 100% honesta con él, no te sentirás defraudada porque estés diciendo una cosa y haciendo la contraria. Tus valores y principios seguirán ahí, intactos.
Por último, la honestidad es también una forma de mostrar respeto hacia tu pareja. Con el tiempo todo sale a la luz. Se notará cuando estás siendo honesta y cuando te guardas algo.
¿Cómo mejorar la honestidad en pareja?
Empieza por ti. Aquí lo fácil es decir “tú tienes que ser honesto conmigo, las cosas funcionan así”. En vez de exigir, es esencial que primero lo pongas en práctica en ti misma. Sé honesta y deja que el tiempo haga el resto.
Escuchar sin juzgar y tratar de entender el punto de vista del otro también ayudará a crear un buen ambiente para que la honestidad crezca. Si te pones a la defensiva todo será un poco más difícil.
Además, no olvides que la comunicación es esencial en toda relación. Si crees que él no está siendo honesto, díselo de forma asertiva. Debes ser clara y directa, pero también respetuosa para que todo fluya.
La honestidad en la relación de pareja no es un simple ideal, es una necesidad. Debes trabajarla para mantener una relación sana. Ser honestos siempre compensa a largo plazo, ir con mentiras o medias verdades es adentrarse en el camino del fracaso. Confía y transmite confianza, ahí está la clave.