La depresión es una enfermedad que se conoce desde la antigüedad, antes se le llamaba “melancolía” que significaba “bilis negra” ya que se creía que su origen provenía del bazo que segregaba esta especie de fluido oscuro que era la causa de un estado permanente de tristeza, desgano y falta de motivación para la vida.
Todos experimentamos tristeza y desgano en nuestras vidas en algún momento, sin embargo, la depresión clínica o patológica, es decir, la depresión es una enfermedad grave que ataca a más de 350 millones de personas en el mundo entero en la actualidad y provoca, por causa del suicidio, más de un millón de muertes al año. A pesar de estas cifras alarmantes, los expertos coinciden en que más de la mitad de las personas afectadas por depresión no pide ayuda médica o ni siquiera sabe que padece este trastorno, por lo que es fácil suponer que estas cifras sean solo la punta de un iceberg mucho más profundo.
Recientes estudios indican que la incidencia de depresión en las mujeres es casi del doble que entre los hombres; o sea, que por cada hombre sumido en la melancolía, hay dos mujeres en la misma situación. A ello contribuyen numerosos factores como los genéticos, los hormonales y los psicosociales. Y si bien, algunos estudiosos sostienen que esta tasa tan grande de mujeres diagnosticadas como depresivas se debe a que las mujeres manifiestan mejor sus sentimientos y son más capaces de buscar ayuda especializada, mientras los hombres son más propensos a entregarse a aficiones como alcohol o la ludopatía como medio de evadir sus problemas. Otros especialistas sostienen que la misma dinámica social, donde las mujeres son más proclives a enfrentar abusos sexuales, laborales y otros factores estresantes, a lo que se suma también su propia configuración fisiológica, donde los cambios hormonales y físicos (embarazo y menstruación incluidos) las exponen con mayor frecuencia a esta dolencia. Lo cierto es que, la depresión si tuviera sexo, sería femenino.
Depresión femenina y factores
- La adolescencia: Algunos estudios indican que a los quince años las adolescentes habrán reportado el doble de casos de depresión que sus pares masculinos. Los cambios hormonales (en los que influyen el uso de métodos anticonceptivos como la píldora), la presión social, la busca de la identidad y otra serie de factores propios de la condición femenina pueden conducirlas a trastornos alimenticios vinculados a esta enfermedad, como la bulimia o la anorexia.
- Relaciones: La presiones laborales (discriminación, falta de estímulo), los cánones sociales arraigados que hacen que la mujer tenga que responder en el trabajo, pero a la vez ser el centro del hogar , así como relaciones interpersonales frustrantes (como un matrimonio mal avenido) son causas significativas de depresión en las mujeres adultas.
- Ciclos sexuales: El embarazo o la ausencia del mismo, así como ciertos trastornos provocados por el período menstrual (como el trastorno disfórico premenstrual) pueden hacer más proclive a las mujeres a caer en una depresión clínica. Aunque los científicos aún están estudiando las relaciones específicas entre los cambios hormonales y la química cerebral.
- Victimización: Se sabe que las mujeres que sufrieron abusos sexuales en su niñez son más proclives a desarrollar durante la edad adulta tendencias depresivas. Y también las mujeres sometidas a abusos, maltrato o violación durante su adolescencia o su vida adulta serán más proclives, lógicamente, a desarrollar cuadros depresivos.
- Feminización de la Pobreza: En general, en el mundo entero, lo hombres ganan el doble que las mujeres por el mismo trabajo. También las mujeres realizan una gran cantidad de trabajo no remunerado (el cuidado de los hijos, de ancianos, etc) lo que contribuye a que por ejemplo, el 75% de los pobres en Estados Unidos sean mujeres y niños. Estas cifras no son muy diferentes en el resto del mundo, ya que las mujeres son más vulnerables a caer en la pobreza y con ella viene el aislamiento social, la frustración y otra serie de factores estresantes que inciden muy directamente en la posibilidad de desarrollar un cuadro depresivo.
Depresión femenina y sintomas
- Tristeza patológica: Aunque todos podemos sentir tristeza después de romper una relación, después de perder un trabajo o después de la muerte de un familiar, lo cierto es que para hablar de una depresión “clínica” o patológica, debemos entender que estos síntomas se alargan en el tiempo, imposibilitando a quienes los sufren para llevar una vida normal. Una tristeza persistente, llorar repentinamente, sin motivo aparente y la imposibilidad de dar o recibir afecto (y los sentimientos de culpa que esto genera) son un síntoma claro de que podemos estar transitando una depresión profunda.
- Desgano y anhedonia: el cansancio persistente y la falta de motivación para realizar actividades que antes te causaban placer (hacer deporte o hacer el amor) puede parecer pereza en los primeros tiempos, pero si esta pereza se vuelve cotidiana estamos ante un claro síntoma de depresión.
- Ansiedad: Es un signo muy típico de depresión, la persona está todo el tiempo con la sensación física de que algo terrible puede ocurrirle, como si una bota le oprimiera el estómago. Esto puede manifestarse también a través de sensaciones tan variadas como zumbidos en los oídos, temblores, manos sudorosas, dificultad para respirar y una sensación de angustia, acompañadas de sentimientos de opresión y miedo.
- Alteraciones del pensamiento: Experimentas obsesiones, pensamientos recurrentes. Imaginas que tiene una enfermedad terminal o que algo terrible puede pasarte y te vienen a la cabeza escenas terribles sobre tu futuro. También dificultades para realizar actividades intelectuales, ya que merma notablemente tu capacidad de concentrarte.
- Insomnio: No duermes las horas suficientes y después estás con sueño, o al revés, duermes de más.
- Trastornos alimenticios y cambios de peso: La depresión conduce o bien a que no te apetezca comer nada y por eso mismo disminuyas de peso, o a que te des atracones de carbohidratos (que calman la ansiedad) y experimentes una subida paulatina de peso (lo que a su vez ataca tu autoestima).
- Baja autoestima: Si sientes constantemente que no vales nada, que has hecho todo mal en tu vida y piensas frecuentemente en la idea de desaparecer del mapa, entonces es hora de que acudas a un especialista porque es evidente que estás atravesando una terrible depresión.