Escribir un libro, mudarse a una nueva ciudad, cambiar de trabajo o adentrarse en una nueva relación. Son algunos ejemplos que suelen ir de la mano del miedo al fracaso.
La emoción de fracasar es tan potente que puede llegar a paralizar por completo.
En otras palabras: el miedo al fracaso en una barrera que se interpone entre tus sueños y ambiciones. ¿Se puede superar? ¿Qué estrategias puedes poner en marcha para deshacer ese miedo?
Tabla de contenidos
Redefine tu concepto de fracaso
¿Qué es para ti fracasar? Piénsalo. Probablemente digas algo así: “hacer algo y que no salga como esperaba”.
Esa es la forma habitual de ver las cosas, un pensamiento que hace que esa barrera del miedo al fracaso crezca y se interponga entre los sueños y tú.
Míralo de otra forma. El fracaso es no intentarlo, no luchar por eso que te gustaría conseguir. Fracasar es no conseguir dar el paso por ese miedo paralizante.
Entiende que los errores no son el fin del camino, sino una parte del proceso de aprendizaje. Cuando fracasas, aprendes y creces. Si empiezas a ver el fracaso como un maestro, en lugar de un juez, el miedo empezará a disiparse.
Establece metas realistas para esquivar el fracaso
Uno de los desencadenantes más comunes del miedo al fracaso es establecer metas inalcanzables o demasiado altas.
Imagina que tu sueño es vivir en una ciudad costera porque siempre te ha gustado el olor a salitre y crees que allí hay vive un príncipe azul que está esperándote con los brazos abiertos. En vez de tener ese pensamiento idílico, establece una meta más realista: “me iré a vivir a esa ciudad porque me encanta el mar”. Fin.
Si tus metas son ensoñaciones, lo más normal es que te paralices. Es mejor partir de una idea simple y realista.
Prepárate para el camino (habrá obstáculos)
Estar preparado te permitirá afrontar el camino con mejores herramientas. La idea es que seas resiliente para recuperarte rápido de las dificultades.
Ese camino que tanto miedo te da, es superable. Cuando te enfrentes a un fracaso, en lugar de hundirte en la autocompasión y en el “sabía que no era la mejor idea”, pregúntate qué puedes aprender de todo eso.
¿Cómo puedes usar esa experiencia para mejorar en el futuro? Ahí está la clave. Con esa simple pregunta mejorará tu capacidad de resiliencia y estarás un poco más preparado para afrontar el miedo al fracaso.
Utiliza la visualización positiva
Una de las mejores herramientas para combatir el miedo al fracaso es utilizar las visualizaciones positivas.
Muchos pensarán que es absurdo, pero funcionan. Pruébalo. Imagínate superando la situación que tanto miedo te da. Visualízate consiguiendo ese objetivo realista que te has marcado, superando todos los desafíos con confianza.
Esa visualización repetida en el tiempo (tienes que hacerla a diario o varias veces por semana) te dará energía positiva para afrontar el reto. Construirás confianza en ti mismo y reducirás el miedo al fracaso. Tu cerebro estará más preparado. Todo irá mejor.
Celebra los pequeños éxitos
No importa lo pequeños que sean: siempre celebra tus éxitos. Volviendo al ejemplo de mudarse a vivir a una ciudad costera. En el mismo momento de buscar piso, reconoce y celebra ese pequeño triunfo. Eso te dará fuerza para seguir con el plan previsto.
Esta sencilla técnica de felicitarte por los pequeños éxitos te recordará que eres capaz de enfrentar y superar el desafío que te has marcado.
El miedo al fracaso es una experiencia humana universal. Como dijo Thomas Edison: «No he fracasado. Simplemente he encontrado 10.000 formas que no funcionan». Sigue adelante, fracasa, aprende, crece y, sobre todo, ¡no tengas miedo!