Poner límites a los demás puede y suele ser difícil. A veces, dejamos que ciertas personas nos pidan demasiadas cosas haciéndonos perder un valioso tiempo. Otras veces, directamente cruzan los límites que consideramos lógicos abusando de nuestra confianza.
Esto puede tener consecuencias negativas para ti y para los que te rodean. En esta entrada te daremos cinco claves para establecer límites saludables de forma efectiva.
Tabla de contenidos
Sé claro y tajante
Debes transmitir los límites con claridad, honestidad y firmeza, pero también con respeto. Ser claro no es malo, al contrario, te permitirá poner límites a las personas sin dañar la relación.
Puedes usar alguna de estas frases:
«Lo siento, no puedo ayudarte con eso».
«No me siento cómodo haciendo eso».
«Perdóname, pero no tengo tiempo».
Sé asertivo y directo al establecer tus límites. Evita ser insípido o dar falsas esperanzas. Si no puedes o no quieres hacer algo dilo con claridad.
No te sientas culpable por poner límites
Quizá pienses… “¿cómo voy a ser tan claro y tajante?, me sentiré culpable por ello”.
No deberías. Como dice el refranero popular: ante el vicio de pedir, la virtud de no dar.
Tienes derecho a decir no sin sentirte culpable. Si haces algo que no se ajusta a lo que quieres o necesitas, no estás siendo justo contigo mismo.
Agrádate a ti antes que a los demás. Sin miedo. Sin culpas.
No pongas excusas
Cuando estableces un límite, es importante no poner excusas ni sentir la necesidad de justificar tu decisión.
Si dices “no puedo”, tendrás la tentación de continuar con excusas (y mentiras) del tipo “porque tengo que sacar a pasear al hámster…”.
Es mejor usar frases claras que no necesiten entrar en detalles:
- «Sé que necesitas ayuda, pero no me siento cómodo haciéndolo».
- «Entiendo que estés disgustada, pero necesito tiempo para mí».
Sé asertivo y respeta los límites de los demás
Ser asertivo es importante para sentirnos bien con nosotros mismos y para crear relaciones sanas.
No debes que ser agresivo o grosero para poner límites saludables. Si no estás acostumbrado, puede que te lleve algo de práctica, pero sin duda merece la pena.
Además, del mismo modo que no queremos que los demás nos obliguen, no debemos forzarles a ellos. Respetar los límites del otro es básico.
Evita el error de no hacer favores nunca, pero pedirlos constantemente. Es egoísta y contradictorio, ¿no crees?
Cuida de ti mismo
Por último, es importante que te cuides a ti mismo.
No puedes controlar lo que hacen los demás, pero sí puedes controlar cómo reaccionas ante ello y cómo te cuidas.
Si alguien intenta repetidamente forzar tus límites o hacerte sentir mal por establecerlos, puede que sea el momento de distanciarte de esa persona.
Establecer límites no siempre es fácil, pero es importante hacerlo para ser coherentes con nosotros mismos y con los demás. Siguiendo estas claves podrás hacerlo sin sentirte mal. No te rebajes. No te conformes. Marcar límites es importante.