Al parecer existen personas que son auténticos viajeros de los sueños, que navegan por ellos igual que lo haría cualquier usuario por Internet. A estos navegantes se les conoce por el nombre de Onironautas y son capaces de controlar sus sueños a voluntad y a placer, porque han desarrollado técnicas para poder lograrlo o lo han aprendido de forma intuitiva, o porque sencillamente han nacido con ese don.
Es cierto que de manera espontánea y sin pretenderlo, todos podemos hacernos conscientes mientras dormimos de lo que estamos soñando, y esto ocurre cuando tenemos sueños lúcidos. Pero otra cosa bien diferente es cuando existe una habilidad especial para dirigir y monitorear cualquier sueño y en cualquier momento del mismo.
Los onironautas tienen la capacidad para cambiar tanto el escenario, como el espacio o el tiempo del sueño y de hacer en él todo lo que les apetece, y además al despertar recuerdan perfectamente todo lo soñado.
Ventajas y desventajas de ser Onironautas
Los sueños forman parte del lenguaje del inconsciente y como tal, pretender hacernos dueños de este reino entraña tanto ventajas como desventajas, pudiendo en ocasiones hasta ser una actividad peligrosa para nuestra salud mental y física.
La ventaja más importante desde luego reside en crear y construir tu propio sueño y por tanto, beneficiarte de ello a placer, no sufriendo por ejemplo malos sueños ni pesadillas, ya que eres consciente de que se trata de un sueño y no es real.
Pero además de esto, los onironautas también potencian al máximo su creatividad y capacidad imaginativa y, según lo expertos que sean, pueden incluso elegir en qué momento iniciar el sueño o cuando despertar del mismo.
El onironauta que nace siéndolo, cree que es algo común al resto de las personas y puede dejar de serlo a elección propia en cualquier momento de su vida, pero esto es como todo en la vida, una vez que dejas de practicar, la experiencia se pueden llegar a perder pero siempre es cuestión de retomarse en caso de que haya interés.
Sin embargo, el onironauta que ha querido aprender a serlo mediante diferentes técnicas lo que busca es ampliar sus conocimientos y experiencias para el beneficio de su crecimiento personal, o bien, guiado por la pura curiosidad de sentir la magia de los sueños lúcidos. Y hay quienes también relacionan los sueños lúcidos con los viajes astrales, pero no son lo mismo.
Los posibles riesgos de querer controlar los sueños
Cómo fenómeno científico, querer controlar nuestros sueños implica cuestiones psicológicas que entrañan ciertos riesgos. Hemos de tener en cuenta de que es un forma de adentrarnos en esa dimensión desconocida que constituye el inconsciente y que, tal y cómo explicaba Carl Gustav Jung, es la forma en la que la humanidad tiene acceso a un conocimiento común olvidado y a una sabiduría ancestral que queda registrada tras imágenes, símbolos y arquetipos.
Pretender “controlar” todo esto desde luego que puede resultar para muchos una práctica muy atractiva y que nos puede servir para conocernos mejor e incluso para tratar de solucionar nuestros conflictos internos. Pero cómo el mundo del inconsciente es infinito y está lleno de abismos, podemos encontrar ciertos peligros o inconvenientes cuando queremos navegar a campo descubierto por los confines de nuestra mente.
Dichos peligros o riesgos son:
- Alienación: Aunque es el peligro menos frecuente, se han dado casos. Cuando se practica cada noche esta técnica, es posible que se difuminen casi sin darnos cuenta las fronteras entre consciente e inconsciente, siendo cada vez menos capaces de diferenciar entre realidad y sueño, y esto puede provocar desde estados mentales paranoicos a causar estados de ansiedad y estrés que mal llevados, pueden ocasionar trastornos importantes o que la salud se resienta.
- Adicción: Hay muchos onironautas que gustan de serlo para poder evadirse de una realidad que no les apetece vivir y pretenden mantenerse dormidos cuanto más tiempo mejor. Esta adicción llevaría a la persona a un estado obsesivo compulsivo dónde el mundo de los sueños tendría mayor peso que su vida real.
- Agotamiento físico y mental: Algo típico de los sueños lúcidos es que la calidad de descanso es menor. Los onironautas pueden padecer estados de cansancio crónico al no descansar convenientemente la mayoría de las noches.
- Exceso de control: Al comprobar que son capaces de controlar sus sueños, pueden querer llevar este control también a su vida y pretender ser una especie de dios capaz de controlar a voluntad todo a su alrededor, tanto a personas como a situaciones.