La numerología, abarca el estudio de las características que emanan de las vibraciones numéricas. Todo lo visible es contable, lo que ya de por sí cuenta con números (fechas de nacimiento, números de teléfono, matrículas de coches, etc…) y lo que no, por lo menos a simple vista (nombres propios, nombres de países, apellidos, apodos, etc…). La numerología se encarga de extraer toda la información que nos revelan todos esos números que nos rodean a diario. Partiendo de mencionada introducción, os proponemos que calculéis los números individuales más importantes.
Los números más importantes
Los 3 números del nombre. De los 6 números individuales más importantes que componen un patrón numerológico, 3 de ellos se extraen del nombre de la persona. Para hacer las conversiones es necesario utilizar el sistema pitagórico que adjudica a cada letra del abecedario una valor numérico del uno al nueve.
El número del alma es muy fácil de calcular, basta con sumar el valor numérico que se obtiene tras realizar la conversión con el sistema pitagórico de todas las vocales del nombre y reducir el valor obtenido a un número de una cifra.
El número de la personalidad. El número de la personalidad se obtiene sumando todas las consonantes del nombre, del mismo modo que se ha hecho con la vocales para calcular el número del alma.
El número del poder es el resultado de la suma del número del alma y el número de la personalidad, reduciendo como siempre el valor a un número de una cifra si como resultado se obtiene un número de los dígitos.
El número de la apariencia. El número de la apariencia resulta de sumar las cifras que compongan el día de nacimiento, en caso de ser un número de dos dígitos o del número en sí, si se trata de los nacidos entre los días 1 y 9 del mes.
El número de la trayectoria se obtiene al sumar todos los dígitos que forman la fecha de nacimiento (día +mes + año), reduciendo su valor a un número de una sola cifra, si fuera necesario.
El número de la actitud se obtiene al sumar el día y el mes de nacimiento, también reduciendo el valor obtenido a un número de una sola cifra.
En muchos casos, será necesario reducir el número a un sola cifra y ello se obtiene al sumar los números resultantes. Por ejemplo, si al sumar las vocales de nuestro nombre obtenemos un 11, pues deberemos sumar 1+1= 2.