Etimológicamente la palabra “símbolo” proviene del griego y significa unión. De esta manera los símbolos cumplen la función de unir el cielo con la tierra, de lo invisible con lo visible, de Dios con el hombre, formando parte de lo sagrado y de lo profano, ya que son la manifestación de la luz bajo el prisma de imágenes mundanas.
Según los alquimistas los símbolos hacen de puente mediante los cuáles se atraviesan las tinieblas que separan al hombre de su origen divino. No hacen referencia únicamente a la espiritualidad sino que hace converger a ésta en la representación física o carnal. La mayoría de los símbolos cumplen la premisa de protección de un amuleto y del poder de la magia. A continuación enumeramos los cinco símbolos más poderosos del mundo.
Tabla de contenidos
1. El símbolo egipcio del Escarabajo
Este poderoso y popular símbolo procedente del antiguo Egipto, dónde se le asoció al dios Ra, representaba la transformación, la vida eterna y los cambios constantes. El escarabajo para los egipcios era un amuleto divino y sagrado al que conferían poderes de protección, tanto en la vida como después de la muerte.
El que lo llevaba consigo en el más allá adquiría poderes de fuerza y protección contra todo mal y tendría más posibilidad de reencarnarse inmortal. Los egipcios tenían la certeza de que al morir un escarabajo se introducía en el pecho del difunto y ocupaba el lugar del corazón, haciendo posible su resurrección. El que lo portaba en vida se aseguraba de protegerse contra todo tipo de mal, desgracia o enfermedad, alargando su vida y aumentando su sabiduría y fertilidad.
2. El Sello de Salomón
En muchos textos antiguos como el Talmud o en las leyendas sobre Babilonia se describe como el rey Salomón poseía un anillo con propiedades mágicas que tenía grabado una estrella de seis puntas (la mítica estrella de David de los hebreos) y una inscripción con el nombre secreto de Dios. Se dice que con esta joya este rey tenía la capacidad de poder hablar con los animales y destruir todo el mal que habitaba en su reino. Este emblema era llamado con el nombre de Khatam Suleiman por los musulmanes y Jatam Sholomo en el judaísmo.
El uso de este poderoso y misterioso amuleto siempre ha estado asociado con la protección y la magia, sin poseer ningún carácter religioso aunque vinculado a una sabiduría sobrehumana, espiritual y divina. Antiguamente era común grabar este símbolo en las casas para protegerlas de los malos espíritus y para atraer la buena fortuna. También es un sello usado y extendido en la Alquimia y la masonería, por lo que es frecuente encontrarlo como ornamento de las logias ocultistas. Es por esto que el famoso templo de Salomón es uno de los elementos masónicos más importantes.
3. El símbolo del Ouroboros
Este es un símbolo alquímico que representa la purificación y los ciclos eternos de la vida y la muerte, es decir, la importancia de la naturaleza circular en toda la existencia del universo. Jung lo definió como el arquetipo que representa la psique humana, uniendo los opuestos, lo consciente e inconsciente. Asimismo representa un proceso de regeneración ya que su imagen es la de una serpiente que engulle su propia cola, simbolizando la inmortalidad porque jamás hay principio ni fin, sino una eterna repetición cíclica.
Hermes Trimegisto calificaba de que el Ouroboros simbolizaba la unidad cósmica, base de todo pensamiento hermético. Este emblema esotérico se convirtió en la antigüedad en una imagen sagrada con el poder de “mejor vida”, manifestando así que el equilibrio de la creación sólo es posible manteniendo el proceso infinito de vida, muerte y resurrección. Por otro lado es un amuleto que vela por nuestro espíritu, es decir, es el guardián de nuestra alma y así lo utilizaban los egipcios, dibujándolo sobre las cabezas de sus dioses.
4. La Flor de Lis
Es un símbolo altamente femenino con poderes asociados al linaje real y el cuál está envuelto en el misterio debido a las muchas incógnitas que su origen despierta. Ha estado presente a lo largo de muchas civilizaciones muy diferentes entre sí como la egipcia, celta, hindú, azteca o griega. A partir del Renacimiento este símbolo para los alquimistas representaba haber encontrado la piedra filosofal o Santo Grial.
Se dice que la forma de la flor de lis se asemeja a una brújula que apunta hacia el norte, la dirección correcta. De hecho, se utilizó más tarde en los mapas antiguos de navegación para señalar el punto cardinal norte. También se dice que su forma de perfil representa al ave Fénix, símbolo de resurrección. Para los católicos la flor de lis simbolizaba a la Virgen y la expansión del cristianismo durante las Cruzadas.
5. El Ojo de Horus
Udyat es el nombre que se le asigna a este poderoso símbolo y significa «el que está completo». Siempre ha estado asociado a características mágicas, protectoras, purificadoras y sanadoras. Fue utilizado por vez primer como amuleto de alta magia cuando Horus le devolvió la vida a su padre Osiris. Ya en el Antiguo Egipto gozó de gran popularidad y respeto, siendo considerado uno de los símbolos más poderosos y mágicos.
El Ojo de Horus era utilizado para potenciar la vista, curando las enfermedades oculares y protegía a quien lo portaba del «mal de ojo» (acción que se producía cuando alguien enviaba un maleficio o mucha energía negativa sobre otra persona). Simbolizaba el orden y el estado perfecto, por lo que era considerado el mejor talismán para preservar la salud y la prosperidad, además de poseer la capacidad de renacer.
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