La Estatua más grande del mundo se encuentra en Giza, a pocos kilómetros de la ciudad de El Cairo y en la rivera occidental del célebre río Nilo y constituye la única maravilla del mundo antiguo que aún sigue en pie, midiendo veinte metros de altura y 57 metros de longitud. Con cuerpo de león y cabeza humana esta Esfinge gigantesca, madre de todas las esfinges mira hacia el este, guardando en su mirada el secreto de antiguas civilizaciones desaparecidas ya de la faz de la tierra.
Pero, ¿quién la construyó? ¿con qué propósito? ¿está la cabeza desproporcionada con respecto al cuerpo? ¿por qué hay quienes insisten en que su erosión se debe al agua si está en pleno desierto de Egipto? ¿Por qué a algunos les parece que la erosión de la cabeza no coincide con la erosión de la base? ¿Qué significa su nombre?
Algunas cosas misteriosas alrededor de la Esfinge
La palabra Esfinge, al parecer, procede del griego «Sfigs» que significa estrangular, ya que la más célebre de las esfinges que se recuerda de la cultura helenística, era la terrible Esfinge con cuerpo de león y alas de águila que se encontraba a la entrada de la ciudad de Tebas y les hacía una pregunta a los viajeros que en caso de errar en la respuesta eran estrangulados (de ahí su nombre) y devorados por el celoso guardián. Sin embargo, según los egipcios deriva de la palabra Sheps-anj que significa “imagen viviente”.
Por otra parte los lugareños la llamaban Abu el-hol “padre del terror”, pero otros piensan que esa es una mala interpretación y se la llamaba Hu o ju que significa “vigilante”
Las esfinges eran representadas como criaturas con cabeza de león, cola de dragón y alas de ave de carroña. Por otra parte, en la antigüedad, los Querubines o mensajeros de los Dioses eran figuras aladas, con cuerpo animal y a veces rostro humano. La posterior representación de los ángeles o enviados celestes como hermosos niños alados fue un invento del cristianismo.
Según algunos investigadores, la Esfinge tiene cuerpo de león y cabeza de Virgen porque marca el paso de la era de Virgo a la Era de Leo. 10.500 años antes de Cristo.
De hecho, utilizando un programa informático, el Skyglobe que es capaz de ubicar la posición de las estrellas según el día y año que introduzcamos en su base de datos, Robert Bauval y Graham Handcock calcularon que en el 10.500 AC la estatua miraba directamente a la constelación de Leo. Sirviendo como una especie de marcador que señalaba la llegada de las estaciones.
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Con esta misma técnica, también observaron que las pirámides de Gizeh (muy cercanas a la Esfinge) están orientadas con precisión milimétrica con la constelación de Orión.
Esta estimación de la antigüedad de la Esfinge sería contraria a la historia oficial que la data solamente 2.500 años antes de Cristo y explicaría como pudo haber sido erosionada por la lluvia o incluso haber estado hundida en el mar, y es lo que ha hecho que muchos investigadores la vean como un monumento conmemorativo de los antiguos atlantes, que después de salvarse de la destrucción de su continente construyeron esa imagen para señalar que el desastre había ocurrido durante el paso de la era de Virgo a la era de Leo.
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Se cree que su cabeza fue tallada de nuevo o reconstruida mucho más adelante por una de las dinastías de faraones del Antiguo Egipto, ya que no guarda proporción con el resto del cuerpo. La Esfinge de Giza aparece y desaparece de crónicas antiguas y se cree que esto es debido a que ha pasado la misma cantidad de tiempo enterrada bajo la arena, que desenterrada.