Para saber si existió la Torre de Babel, lo mejor es revisar los textos sagrados ya que éste conforma uno de los mitos más famosos que habla sobre los comienzos de la decadencia de la humanidad, generando también ciertas dudas acerca del amor de Dios hacia los hombres.
La Torre de Babel está asociada al Arcano número XVI La Torre (por esto se le conoce también como «la casa de Dios») por lo que para entender el sentido profundo de este temido arcano, solamente hay que recrearse en el mito bíblico.
La historia más famosa que se relata sobre la Torre de Babel proviene del Génesis y cuenta cómo, después del terrible diluvio universal, los descendientes de Noé emigraron a Oriente en donde encontraron una llanura en la región de Sínear, y allí descubrieron el uso del betún y ladrillos, por lo que planearon construir una ciudad y en ella, una torre cuya cúspide tocara los cielos que les permitiera acercarse a su creador.
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La Torre de Babel y el origen de las lenguas
En esta versión de la historia, el bueno de Yavhé (Dios), al darse cuenta de que los hombres están colaborando entre sí armoniosamente en la construcción de la impresionante edificación, decide que (en contradicción a su fama de padre justo y misericordioso) como ya había estado un poco fuera de tono en su intento de destruir a la humanidad con lo del diluvio, hacer algo más disimulado:
«He aquí un pueblo unido, pues tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto y nada les impedirá llevarlo a cabo. Bajemos pues y confundamos su lengua a modo de que no se entiendan los unos a los otros.»
Como vemos, aquí Yavhé hace de las suyas, demostrando más que amor por su creación, una especie de espíritu competitivo y controlador avocado al dicho «divide y vencerás» que no quiere que el hombre se le acerque con ese tipo de construcciones enormes.
Nimrod y la torre que se elevaría al cielo para acabar con el reinado de Dios
Otra versión sobre la Torre de Babel no hace más amoroso al Dios del antiguo testamento, pero si lo deja mejor parado en cuánto a sus motivos para impedir la creación de la Torre de Babel. Se trata de la historia de Nimrod.
Existió un famoso cazador, muy fuerte, debido a que usaba las ropas que Dios le había dado a Adán y Eva para cubrirse cuando el episodio de la manzana. Este cazador se llamaba Nimrod y al principio de la historia vemos que se lleva muy bien con Dios. Le ofrece sus piezas de cacería y al parecer va adquiriendo poder político, teniendo control sobre varias tribus descendientes de Noé.
En algún momento de la historia, no se sabe muy bien cómo Nimrod deja de ser agradecido con Dios y se va volviendo orgulloso. Primero se acuerda con demasiado rencor del asunto del diluvio y dice que va a construir una torre por si acaso a Dios se le ocurre en un arranque de furia, generar otro diluvio. La torre sería tan alta que los hombres se puedieran salvar de la catástrofe.
Hasta aquí Nimrod parece razonable. Pero a Dios esto le parece agresivo y soberbio. Por otra parte, al parecer, la gente en medio de la construcción se empieza a volver loca (con ayuda de la intevención de los ángeles, eso sí).
Resulta que les da por disparar flechas al cielo y éstas vuelven cubiertas de sangre (eran los ángeles que les hacían creer que estaban matando seres celestiales), aunque esta es solamente una de las primeras medidas de guerra psicológica de Dios.
Luego, el Todopoderoso envía a sus setenta ángeles de mayor confianza para crear «setenta lenguas de una» con lo que los constructores de la gran torre, dejan de entenderse entres sí. Relatos antiguos judíos cuentan como empiezan a sucederse los conflictos y problemas mientras construían la torre porque si alguien pedía un martillo le daban un ladrillo o un clavo y eso al parecer, provocó más de un crimen.
Hasta que la obra finalmente queda paralizada. Y la historia de la Torre de Babel concluye cuando todas estas personas se dispersan y forman países y nuevos reinos en la tierra con las nuevas lenguas que hablan.
El mito nos cuenta que la tierra tragó una parte de la torre y el fuego del cielo destruyó otra segunda parte, aunque hay una tercera parte que subsiste hasta el presente y que es tan alta que el aire de sus cimas hace perder la razón a los hombres.
¿Pero realmente existió la Torre de Babel?
Se sabe que cuando los judíos fueron exiliados de su país y llevados a Babilonia, en el centro de la enorme ciudad de medio millón de habitantes, se encontraron con un enorme Zigurat dedicado al Dios Marduk.
Este Zigurat se conocía también como Etemenanki («El templo de la creación entre el Cielo y la Tierra») y se dice que medía más de noventa metros de altura con una base cuadrada de la misma medida.
Muchos expertos indican que este Zigurat se trataba sin duda de la famosa Torre de Babel y se dice que estaba allí desde antes de los tiempos de Hamurabi (1800 a.C.), el Rey Babilonio del famoso código aquel de donde sale la frase «Ojo por ojo y diente por diente».
En el año 323 a.C. cuando pasó por allí Alejandro Magno, ordenó demolerla para hacerla de nuevo, pero la obra se le escapó de las manos y decidió construir otro edificio encima, por lo que la estructura original perdería su verdadera esencia para siempre.