Durante mucho tiempo, se ha creído que los hombres piensan en el sexo cada siete segundos, algo totalmente desorbitado, si se tiene en cuenta que ello supondría un total de 7.200 veces al día. No cabe duda, que los hombres le dan muchas vueltas al mismo tema, pero mencionada cifra es un verdadero disparate.
En el año 2011, se realizó un estudio en la Universidad de Ohio, en el que se llegó a la conclusión que los hombres piensan en el sexo alrededor de 19 veces al día, mientras que las mujeres un total de 10 veces. Para ello, se tomó como muestra a 283 hombres y mujeres con una edad comprendida entre los 18 y los 25 años. A pesar de tratarse de un estudio que obtuvo bastante fama en su momento, son muchos los que consideran, que no existe una manera precisa de medir de forma fiable y exacta los pensamientos de una persona. Por tanto, según dicho estudio los hombres piensan dos veces por hora en el sexo, mientras que las mujeres muestran más reparos para reconocer sus pensamientos en torno a este tema.
¿Quién piensa más en el sexo?
Por lo general, los hombres piensan más en la satisfacción de sus necesidades básicas que las mujeres, ya sea dormir, comer o tener sexo. Aunque la frecuencia siempre variará en función de la persona y sus circunstancias. Por tanto, ellos piensan más, pero no sólo en el sexo, sino sobre todo lo que hace referencia a sus necesidades vitales básicas.
La realidad, guste o no, es que cuando intentamos medir los pensamientos, lo que provocamos es una modificación en los mismos, dando lugar a una alteración en los resultados de cualquier investigación. Además, no existe una unidad de medida especifica para mencionado fenómeno. Por tanto, es muy difícil medir en tiempo real los pensamientos de una persona, pues de una forma u otra, se le condicionará.
Así es que, no se puede afirmar con total exactitud cada cuanto pensamos en sexo, ni cual es la frecuencia media, porque dependerá de la persona y de su forma de ser. Del mismo modo, debemos tener cuidado que la afición por el sexo, no acabe en adicción, pues al igual que el alcohol o las drogas, la adicción al sexo puede traer consigo determinados problemas a una relación de pareja.
Quizás, ni ellos piensen tanto como creíamos, ni nosotras tan poco. Aquí lo importante no es ser hombre o mujer para predecir mejor la frecuencia con la pensamos en el sexo, ya que lo verdaderamente determinante es lo a gusto que nos sintamos con nuestra sexualidad.