Parece humilde a simple viste (incluso demasiado), pero detrás de esa capa se esconde una persona en busca atención y reconocimiento. Así podríamos resumir la falsa modestia.
¿Qué hay detrás de la modestia fingida y cómo distinguirla? ¿Tiene consecuencias?
Te contamos todas las claves sobre la falsa modestia, un problema frecuente que no está libre de consecuencias.
Tabla de contenidos
Diferencias entre modestia auténtica y falsa
La “modestia verdadera” es una cualidad que implica reconocer nuestras habilidades y logros sin alardear. Supone tener un enfoque humilde y respetuoso.
La falsa modestia esconde una intención de fondo: atraer atención o elogios. Lo que ocurre es que las personas que recurren a ella pueden y suelen ser percibidas como manipuladoras.
¿Cómo detectar la falsa modestia?
A la hora de identificarlas es fundamental prestar atención a estos tres puntos:
- Palabras
- Lenguaje corporal.
- Consistencia.
Si una persona está siendo humilde, mostrará una coherencia total entre sus palabras y el lenguaje corporal. Será humilde y se notará. La cosa cambia con la falsa modestia, ahí siempre surgen “cosas raras”.
A las personas con falsa modestia les delata el inconsciente. Con frecuencia tendrán incoherencias entre lo que dicen con palabras y lo que su cuerpo transmite con el lenguaje corporal.
Puede que te diga “no fue para tanto ganar el Óscar a mejor actor” pero lo haga con un tono de voz prepotente y altivo que deje bien a las claras lo que se esconde detrás: falsa modestia.
¿Qué hay detrás de la falsa modestia?
Esa capa de modestia ficticia suele encajar con algunos de estos motivos.
- Deseo de ser aceptado: en el fondo, esa persona puede desear tener un “perfil bajo” con el fin de ser aceptado por una persona o grupo de personas.
- Evitar la envidia: también puede tener esa actitud para evitar despertar envidia en los demás y así ser mejor acogido a nivel social.
- Búsqueda de atención y validación: la falsa modestia suele ser una estrategia para atraer atención y recibir elogios de otros.
- Manipulación y control de la imagen proyectada: al mostrar una imagen humilde, la persona trata de influir en cómo es percibida por los demás.
- Inseguridades y falta de autoestima: también puede ser un mecanismo de defensa para ocultar inseguridades y una baja autoestima.
Consecuencias
Lo que siempre pasa con la falsa modestia es que se nota. Se nota mucho. Se ve a la legua que esa persona está siendo humilde de forma forzada. Es algo que se percibe por el tono de voz, por la actitud corporal o por los gestos.
Y eso supone un gran problema porque la mayoría de personas lo verán. Inevitablemente tendrá efecto en las relaciones interpersonales.
Esa falta de sinceridad suele generar desconfianza y hasta cierto resentimiento en el entorno de la persona que actúa de esta manera.
Además, también puede tener un fuerte impacto en la salud mental y el desarrollo personal de la persona que consciente o inconscientemente “la usa”. Esa falta de autenticidad y honestidad consigo mismo suele afectar al bienestar emocional y a la autoestima.
Detectar la falsa modestia es relativamente fácil, solo hay que prestar atención a las diferencias entre las palabras y el lenguaje corporal. En cualquier caso, es un comportamiento que suele ser perjudicial tanto para uno mismo como para el entorno, por lo que conviene detectarlo a tiempo ya sea para ayudar a la persona (si se deja) o para mantenerse al margen.