Las redes sociales son una herramienta que actualmente se han mostrado imprescindibles en nuestras vidas y que cada vez tienen un mayor peso. Es una forma ideal de conectar con las personas, algunos amigos, conocidos o personas que tienen intereses en común.
Gracias a las nuevas tecnologías tenemos ante nosotros todo un mundo de posibilidades que empieza con un solo clic.
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El «black mirror» de las redes
Muchas veces vemos en las redes a personas que nos enseñan toda su vida. Desde el momento en el que se levantan hasta que se acuestan con la idea de sentirse acompañados por alguien. Buscan un like o un comentario que les ayude a afrontar una inmensa soledad interior. Las redes se convierten en un espejo en el que es necesario mirarse, aunque como, Narciso, puede que nos fascine esta imagen y acabemos un poco mal.
Precisamente, la exitosa serie de ciencia ficción Black Mirror muestra muy bien esta posible tendencia a la que dentro de poco nos veremos abocados la humanidad, como sigamos permitiendo que la tecnología invada nuestras vidas de forma tan intensa como lo está haciendo.
La leyenda de Narciso y de la falsa imagen
Narciso se creía tan hermoso que al ver su reflejo se enamoro de sí mismo. Cada vez que colgamos una foto o un comentario que creemos relevante estamos alimentando nuestro ego más profundo. Lo hacemos para auto-complacernos en primer lugar, una serie de filtros y recortes convierten una foto normal en algo extraordinario.
Una felicidad extraordinaria. Vernos con otros ojos, sentir el cariño o las palabras bonitas de las personas que aparentemente nos rodean es uno de los peligros de las redes. Las únicas palabras que nos deben servir son las de las personas que nos conocen y nos quieren. Pensar que alguien que nunca se ha manifestado pueda cambiar tu vida es darle un poder que no posee.
Cuando la realidad se distorsiona, crea fantasmas
- Crear un mundo ficticio gracias a las redes sociales es algo que se hace con demasiada frecuencia. Empezando por la persona sometida a filtros además situaciones que no se corresponden. Detrás de grandes sonrisas, están dramas personales en toda regla. Querer mostrar que lo que se esconde en una foto es una felicidad inmensa, cuando en realidad hay un problema latente es un grave error.
- La felicidad de las parejas cambia. Muchas parejas cuelgan fotos de su vida en común. Son personas que se sienten bien compartiendo su vida privada y parece que generen una cierta envidia. Esas energías que se generan en los momentos en que se intenta transmitir un amor que puede ser real o no, son altamente perjudiciales. Vender una imagen que puede que no sea la correcta, a la larga ocasiona conflictos importantes.
- La dependencia emocional en las redes. En definitiva, las redes están pensadas para crear una dependencia emocional. Queremos saber, ver y conocer la vida de otras personas. Son la manera de mostrar una realidad lejos de la que tenemos, alejarnos de todo lo que nos preocupa y refugiarnos en un mundo que no deja de ser fantasía. La realidad es la que tenemos delante no la que queremos ver.
- Las redes son en definitiva el mito de la caverna de Platón, una serie de sombras y de elementos que pensamos que son todo nuestro mundo. Es momento de quitarnos las cadenas y salir al sol, acabar con la dependencia para poder ver la realidad que nos rodea.