Seguro que más de una vez te has quedado con cara de… “¿qué me estás contando?”, cuando alguien ha soltado una broma que tú te has tomado muy en serio.
Siempre se ha dicho que entre broma y broma, la verdad se asoma. De este refrán podemos sacar muchas lecciones.
¿Es cierto? ¿Cómo saber si ha sido en broma o en serio?
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A veces, la broma revela una gran verdad
Sin rodeos: las bromas pueden ser una forma de expresar verdades difíciles de comunicar abiertamente. Es posible que, al disfrazar la verdad como una broma, la persona sienta menos miedo o vergüenza de compartirla.
Así que sí, puede (y solo puede) que esa broma sea una verdad del tamaño de la Catedral de Notre Dame.
Ten en cuenta que las bromas pueden usarse como una forma de liberar tensiones o expresar emociones reprimidas. Al hacer una broma, la persona se siente más libre de manifestar sus sentimientos sin sentirse juzgada.
En otras ocasiones, las bromas pueden ser un mecanismo para evitar enfrentamientos directos. Al expresar su descontento de forma humorística, se reduce la probabilidad de generar conflictos.
¿Cómo identificar si una broma esconde una verdad?
Si notas que la persona que hace la broma se muestra algo incómoda o nerviosa al decirla, es posible que haya una verdad detrás. También puede ocurrir que reaccione de forma evasiva o defensiva. Esas señales podrían significar que de broma nada, podría estar diciendo una verdad como un templo.
Del mismo modo, si una broma se repite con cierta frecuencia, lo más probable es que esa persona esté tratando de comunicar un mensaje importante. Una verdad.
Así que ya sabes: presta atención a su comportamiento antes y después de la broma (¿se pone nervioso al ver tu reacción?) y pon atención a los temas recurrentes en las bromas. Son dos claves para detectar “verdades ocultas”.
¿Y cómo saber que la broma es una broma?
En el otro lado de la balanza tenemos las bromas de verdad.
A veces las hacemos porque estamos en un entorno divertido y relajado. Esa es una de las claves. Si la broma se produce en un momento de risas, es posible que no esconda nada raro detrás.
También es importante prestar atención a la persona. Hay gente que entiende la broma como forma de vida. O casi. Por tanto, no deberías tomarte sus bromas muy en serio.
Por último, una señal clara de que la broma ha sido solo una broma es cuando percibes que la otra persona está cómoda y confiada. Si tú te lo has tomado mal y el otro tiene una sonrisa de oreja a oreja lo más probable es que haya sido puro cachondeo. Sin maldad.
¿Qué hacer “si la verdad se asoma”?
Mantén la calma. Si sospechas que esa broma esconde una verdad incómoda detrás, respira un par de veces antes de destapar la caja de los truenos. Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Por qué no se atreve a decirte la verdad abiertamente?
- ¿Es tan grave esa verdad?
- ¿Cuál es la razón por lo que te parece tan mal?
Piénsalo. Es importante conocer lo que hay detrás de esa broma. Hablarlo claro siempre es una buena práctica. Con tranquilidad.Entre broma y broma la verdad suele asomar, es cierto. Es una forma de expresar cosas difíciles de expresar a simple vista. Presta atención a las señales y no olvides que, aunque la verdad pueda ser difícil de aceptar, enfrentarla con empatía es esencial para tu bienestar emocional