Algunos temas, como el que hoy analizamos, te ayudarán a conocerte más y a entender un poco mejor al resto. Se trata del dicho popular «dime de qué presumes y te diré de qué careces».
Ese refrán tiene conceptos muy interesantes en los que vamos a profundizar.
Tabla de contenidos
¿De qué presumes? Entendiendo el dicho
Es algo que vemos con cierta frecuencia en nuestro entorno o en los medios de comunicación. Algunos personajes se pasan el día presumiendo de lo que tienen: trabajo, pareja, dinero o de cualquier otra cosa que les parezca relevante.
Tienden a resaltar aquellas cualidades o logros que, en realidad, les faltan o no han alcanzado. Y sí, es algo que tiene explicación.
Las razones por las que algunos presumen constantemente
Una de los motivos por las que las personas suelen presumir de algo que carecen es la inseguridad. Cuando nos sentimos inseguros acerca de ciertas áreas de nuestra vida, podemos caer en la tentación compensar esas carencias exagerando o mostrando una imagen falsa de nosotros mismos.
Es como colocar una capa o máscara por encima para no ver lo que realmente nos molesta o inquieta.
Otra razón es la búsqueda de refuerzo externo. Presumir de algo de forma desmedida se suele hacer para buscar el reconocimiento y la aprobación de los demás con el objetivo de sentirse mejor y reafirmar la autoestima.
En general, cuando alguien no para de presumir lo hace más por debilidad que por fortaleza. Es contraintuitivo, a menudo podemos pensar que es al contrario, pero no. Probablemente esa persona sienta que tiene que exponerse o “venderse muy bien” para de alguna forma sentirse mejor consigo mismo.
¿Podemos decir que es cierto el dicho?
Todo depende de la “intensidad” del que presume. Presumir de vez en cuando no está mal, es una forma de obtener gratificación instantánea. A todos nos gusta que nos reconozcan.
El problema surge cuando aparece la necesidad constante de presumir. Es algo que suele hacerse a través de lo material:
- Coches
- Ropa.
- Relojes.
- Joyas.
- Teléfono móvil.
Aunque también se puede presumir de cosas no materiales como el trabajo, la posición social o la pareja.
Sea cual sea el caso, cuando se sobrepasa el límite suele significar que algo falta.
Entonces, ¿hay que dejar de presumir?
Si eres tú el que suele presumir, conviene que comprendas la importancia de la autoconsciencia.
Mira hacia adentro. Acepta tus carencias. Todos tenemos cosas malas. Reconocerlo y aceptarlo es fundamental para crecer y mejorar como persona. Ser conscientes de nuestras debilidades nos permite trabajar en ellas y convertirlas en fortalezas.
Además, debes evitar la comparación con los demás. Cada persona es única. Compararse solo alimenta la inseguridad. Aprende a valorar tus logros y cualidades sin medirte frente a otros.
También es importante la humildad. Esta virtud nos ensaña a reconocer nuestras limitaciones a la vez que aprendemos de los demás. Y la empatía, ya que ponerse en el lugar del otro ayuda a comprender sus sentimientos y necesidades, actuando de manera más sensible y respetuosa.
El refrán «dime de qué presumes y te diré de qué careces» es una invitación a reflexionar sobre nuestras inseguridades y a trabajar en las carencias. Si eres tú el que suele presumir, sé consciente de lo que te falta y aprecia lo que tienes; si estás cerca de alguien que no para de presumir simplemente déjalo estar, lo más probable es que lo haga porque se siente inseguro.