Todos buscamos crecer y lograr nuestra mejor versión. En la práctica, el crecimiento personal se topa con numerosos obstáculos. Uno de ellos son las metas: ¿Cómo establecerlas correctamente?
Acostumbramos a caminar sin pensar o a ponernos objetivos imposibles de cumplir. Esos dos extremos siempre causan problemas. Anota estos consejos para mejorar tus resultados.
Tabla de contenidos
Antes de fijae metas, visualiza tu mejor versión
Es fundamental que dediques un momento a visualizar quién quieres ser. ¿Cómo te ves de aquí a 5 años? ¿Qué estarás haciendo? ¿Con quién? Esta visualización te dará una idea clara de hacia dónde debes dirigirte.
No tendría sentido poner una meta sin saber quién eres en el origen. Todo será más fácil si haces este pequeño ejercicio de autoconocimiento.
Sé específico
Por lo general, la mayoría de las personas tienen a hacer afirmaciones genéricas como: «Quiero ser feliz», «quiero tener éxito» o «quiero estar en forma». El problema de esas metas es que son genéricas. No sirven.
En lugar de eso, esfuérzate por concretar todas y cada una de las metas: «Quiero correr 5 kilómetros en menos de 30 minutos» o «quiero leer 12 libros este año». Esas sí son metas claras y específicas. Cuanto más concreto seas, más fácil será el camino a seguir.
Divide la meta y vencerás
Si tu meta es grande o la has planteado a largo plazo, divídela en metas más pequeñas. A menudo, los objetivos demasiado ambiciosos suelen llevar a la procrastinación.
Por ejemplo, si tu objetivo es correr 5 kilómetros en menos de 30 minutos, ponte como meta hacer un kilómetro en menos de 6 minutos. Así, poco a poco, irás acercándote al objetivo final.
Escribe tus metas
El simple acto de escribir las metas en un papel (funciona mejor hacerlo por escrito) puede marcar la diferencia. Al plasmarlas en papel, estás haciendo un compromiso contigo mismo.
Además, conviene tenerlas a la vista, de esta forma te recordarás constantemente lo que estás persiguiendo.
Encuentra tu motivo para hacerlo
Para cada meta que establezcas, encuentra la razón que hay detrás de ella. ¿Por qué quieres lograr eso? Ese será el combustible que necesitarás en los días difíciles, cuando sientas que no puedes seguir adelante.
Esa “gasolina” es fundamental para alcanzar la meta. Sin esa energía puede que procrastines una y otra vez sin saber el porqué.
Revisa y ajusta la meta
La vida es impredecible. Por eso, casi siempre vas a necesitar ajustar tus metas a medida que avances. Y está bien. Lo importante es que sigas creciendo, aunque sea a menor ritmo de lo esperado.
Incluso, puede que tengas que tomar un camino diferente al planeado para llegar a esa meta. Acéptalo y sigue avanzando. Los caminos rara vez siguen una línea recta.
Rodéate de personas que te impulsen
En el camino hacia el crecimiento personal necesitarás pasar tiempo a solas, pero también debes rodearte de personas que sumen.
Encuentra a esas personas que te apoyen, inspiren y desafíen a ser mejor. De nada sirve tener al lado a una persona tóxica o negativa. ¡Necesitas gente que aporte cosas!
Toma acción con cada una de tus metas
Aquí es donde la mayoría se atasca. Recuerda que no sirve de nada dedicar días a establecer las metas si después no trabajas para alcanzarlas.
Debes actuar y tomar acción. Si tienes las metas claras y bien definidas será más fácil, pero debes dar el primer paso. Mejor ahora que mañana.
Establecer metas es como dibujar un mapa hacia tu versión ideal. Te guía, te motiva y te reta. Pero recuerda, el crecimiento personal no es una carrera lineal, es un viaje. Habrá baches, desvíos y, a veces, sentirás que caminas en círculos. Ten paciencia, todo llegará. ¡Tú puedes!