En el ámbito práctico del Coaching se requiere dotar al Coachee de recursos para afrontar sus retos. Uno de ellos tiene que ver con la integridad, que exige ajustar su comportamiento a sus valores y objetivos para alcanzar así un “éxito trascendente”, que genere paz interior y felicidad, además de satisfacción y alegría.
Coaching. Comportamiento Reactivo.
Distinguir entre responsabilidad y reactividad entraña concienciar al Coachee de que no siempre está operando de forma consciente; en particular cuando los hechos disparan en él fuertes reacciones emocionales.
Las reacciones y pensamientos automáticos son pre-conscientes, por ello resulta imposible impedir que aparezcan y difícil contenerlos una vez aparecidos. Cuando actuamos de manera inconsciente y reactiva decimos cosas que luego lamentamos, hacemos cosas de las que después nos arrepentimos, nos remuerde la conciencia por nuestro comportamiento y nos sentimos culpables por decisiones apresuradas.
La reflexión posterior a estas reacciones va ligada a la oportunidad de una meditación previa a la acción, incluso a “un respiro” para pensar lo que se va a decir o hacer.
Coaching. Comportamiento Responsable.
En lugar de continuar lamentándose, propongo al Coachee la oportunidad de aprender la lección de unavez y para siempre, teniendo en cuenta que el comportamiento reactivo nunca va a resultar satisfactorio a largo plazo, aunque en lo inmediato la descarga resulte gratificante.
Como las pasiones inconscientes rara vez son coherentes con los objetivos y valores conscientes del Coachee, le planteo que antes de obrar haga una pausa y considere la situación de forma responsable.
Una forma de conseguirlo es tomar una respiración profunda – en silencio – para reconectar con la conciencia. Bastan dos segundos para obtener enormes beneficios.
Coaching. Ejercicio de Respiración Profunda.
En la inspiración prestamos atención al aire que entra por la nariz y llena nuestros pulmones; a nuestras piernas sintiendo el apoyo de la tierra; a nuestros brazos sintiendo la libertad del aire. Esta inspiración nos trae al aquí-ahora y nos ayuda a estar presentes con toda nuestra conciencia.
En la expiración prestamos atención a nuestros objetivos y valores; recordamos nuestros intereses y principios de vida; y reafirmamos nuestro compromiso de manifestar en todo momento lo mejor de nosotros. Esta expiración nos proyecta hacia el futuro afianzándonos en nuestra conciencia.