La mente es poderosa. Tal es su poder que en ocasiones nos juega malas pasadas. Uno de esos casos es cuando nos viene a la mente una y otra vez el pensamiento de que algo malo va a suceder.
Ese “algo malo” puede ser desde problemas de salud (lo más común) hasta complicaciones en el trabajo, en las relaciones o en la vida en general.
Como bien habrás comprobado, ese sentimiento constante de inquietud es muy perjudicial para tu salud física y mental. Te contamos las causas por las que te pasas el día pensando que tienes algo malo y cómo enfrentar esos pensamientos negativos.
¿Por qué crees que tienes algo malo?
Primero debes detectar la causa. Hay que ir al fondo del problema para poder combatirlo desde su origen. Entre las causas destacan estas cuatro.
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
Una de las causas más comunes de preocupación constante es el trastorno de ansiedad generalizada, también conocido como TAG. Este trastorno se caracteriza por una preocupación excesiva e incontrolable sobre distintos aspectos de la vida, como la salud, el trabajo, las relaciones y el dinero.
Las personas con TAG suelen tener dificultades para controlar sus pensamientos negativos y pueden experimentar las consecuencias a nivel físico con tensión muscular, fatiga o insomnio.
- Hipocondría
Otra causa común de pensar siempre que tienes algo malo es la hipocondría, un trastorno de ansiedad porenfermedad que se caracteriza por una preocupación exagerada y constante sobre la salud.
Las personas con hipocondría malinterpretan los síntomas físicos normales o leves llevándolos siempre al extremo. Entran en una rueda de pensamientos negativos constantes sobre su estado de salud.
- Experiencias pasadas traumáticas
El pasado a veces nos condiciona. Por ejemplo, si has experimentado situaciones traumáticas o difíciles en el pasado, es posible que hayas aprendido a anticipar lo peor como mecanismo de defensa.
Este patrón de pensamiento es muy peligroso porque suele ser muy difícil de romper, primero porque en ocasiones resulta complicado de detectar y segundo porque suele requerir de ayuda profesional para “salir del bucle”.
- Estilo de pensamiento negativo
También puede suceder que tu mente vaya siempre hacia lo negativo sin que haya un trastorno de ansiedad y sin haber vivido situaciones traumáticas en el pasado.
Las personas con un estilo de pensamiento negativo suelen preocuparse constantemente por lo que podría estar mal en su cuerpo (o en su vida) en lugar de disfrutar del ahora.
¿Cómo dejar de pensar que tienes algo malo?
Una vez detectada la causa de fondo estarás un paso más cerca de poner fin al problema. Hay tres formas de acabar con ese “runrún” de negatividad.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La terapia cognitivo-conductual es el enfoque de referencia para abordar los pensamientos negativos y las preocupaciones excesivas.
Esta técnica no hará que dejes de ser tú, tan solo te ayudará a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos.
Los profesionales de la salud mental suelen recurrir a esta técnica con mucha frecuencia ya que está demostrado que es una de las formas más efectivas de cambiar patrones como el de pesar constantemente que tienes algo malo.
- Técnicas de relajación
En las causas hemos explicado que la ansiedad puede estar detrás de este problema. Acabar con ella puede ser complicado porque hoy en día siempre vamos a mil por hora.
Bajar el ritmo debería ser tu prioridad. Para ello puedes practicar técnicas de relajación como larespiración profunda, la meditación y la relajación muscular progresiva. También puedes recurrir a otras disciplinas milenarias como el yoga o el taichí.
Estas técnicas te ayudarán a reducir la ansiedad y la preocupación. No son inmediatas, exigen constancia, pero a la larga pueden enseñarte a controlar mejor la tensión física y mental.
- Método de “ponle límite”
Una buena forma de dejar de pensar que tienes algo malo es ponerle límites a la preocupación.
El ejercicio es muy sencillo. Todos los días (sin excepción), dedica 15 minutos a preocuparte. Sí, has leído bien. En vez de luchar contra el pensamiento, únete a él durante unos minutos al día.
Durante ese tiempo, escribe sobre tus preocupaciones y reflexiona. ¿Por qué me preocupa? ¿Tiene sentido? ¿Qué es lo peor que puede pasar? Cuando termine el tiempo, vuelve a concentrarte en las actividades de tu día a día. Este enfoque hará que tengas más control sobre la negatividad.
Detrás del pensamiento de que algo malo te sucede suelen estar los trastornos de ansiedad, las experiencias pasadas o los estilos de pensamiento negativo. Abordar el problema exige paciencia y, en ocasiones, ayuda profesional. Sé constante para salir de ese bucle.