“No me siento bien con mi cuerpo, me gustaría estar más delgada, ser un poco más alta y tener la piel más tersa”. Esa frase, o una similar, puede estar recorriendo tu mente.
No te sientes cómoda con tu cuerpo y desconoces las razones de fondo y lo más importante: cómo solucionarlo. En este artículo te explicaremos los motivos y cómo poner solución.
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Da su lugar a tu cuerpo
La razón por la que no estás cómoda con tu cuerpo es que te estás fijando en detalles que no tienen importancia y, lo que es peor, piensas que los otros se fijan tanto en ellos como tú. Esa es la verdadera causa por la que no estás bien con tu cuerpo.
Le das demasiada importancia. Y créeme, no la tiene.
Probablemente la gente que conoces no se fija en esos detalles. Y si alguna vez lo han hecho, probablemente haya sido para decirte que no valoras lo que realmente importa.
Porque en realidad, tú eres mucho más que esos detalles. Eres una persona única, con tus virtudes y tus defectos.
Así que no te obsesiones con los demás, no pierdas el tiempo en comparaciones que no conducen a ningún sitio y valora lo que de verdad importa.
Cuando te fijas en los detalles (unos kilos de más, una piel imperfecta, un pelo que no te encanta…), pierdes el foco de lo importante.
¿Cómo empezar a sentirte a gusto con tu cuerpo?
No pasarás de estar insatisfecha con tu cuerpo a enamorarte locamente de él de la noche a la mañana. Las cosas no funcionan así. Pero sí puedes empezar a mejorar las cosas.
Fíjate en lo bueno. No te quedes solo con lo que no te gusta. Si piensas “tengo unos kilos de más” añade: “pero también tengo un bonito cabello, una sonrisa impecable y unos ojos preciosos”.
Escribe una lista de todo lo que te gusta de ti misma. El objetivo principal no es cambiar tu cuerpo sino es aceptarlo y amarlo. Y a partir de ahí toca lo obvio…
Mejora tu alimentación y haz ejercicio
Este punto no es tanto para “cambiar” sino para mejorar tu calidad de vida.
No te obsesiones con la comida. La comida nunca debe ser el enemigo. Debes comer de todo, pero con moderación. La clave está en mantener una relación saludable con los alimentos.
¿Por qué hacerlo? Porque la comida es la gasolina de tu organismo. Esencial para hacerte sentir mejor. Con más fuerza y energía.
Además, debes practicar más ejercicio. El ejercicio no solo sirve para adelgazar, también para tonificar y mejorar la salud en general. Y para colmo, tener una rutina de ejercicio moderada libera endorfinas que son las llamadas “hormonas de la felicidad”.
La clave principal para sentirte a gusto con tu cuerpo es aceptarlo. Ningún cuerpo es perfecto, pero todos tienen su importancia. Valorar lo bueno (que muchas veces olvidamos) y aceptar los “defectos” plenamente. A partir de ahí, mejorar la alimentación y hacer más ejercicio te servirán tener una relación mucho más cómoda con tu físico.