Se denomina analfabeto emocional, a aquella persona que cuenta con una incapacidad emocional para conectar y controlar sus propias emociones y, por tanto, para comprender y entender las de los demás. Lo curioso, es que pretendemos cambiar la sociedad en la que vivimos, pero no a nosotros mismos. Hoy en día, la inmediatez ha adquirido un papel fundamental en nuestras vidas, todo lo queremos ya, y si no lo tenemos, optamos por medidas extremas. Sin darnos cuenta, nos estamos convirtiendo en personas egoístas y superficiales. ¿Dónde quedó la reflexión?
Cuando nos conocemos a nosotros mismos, podemos determinar cuáles son nuestras virtudes y cuáles nuestros defectos. Para ello, debemos comenzar aceptando que no somos perfectos y que siempre cabe la posibilidad de mejorar. El analfabetismo emocional, no significa que la persona no sienta las emociones, sino que apenas se da cuenta de ellas. De este modo, su expresividad emocional se convierte en escasa.
Características de un analfabeto emocional
Por lo general, las personas más inteligentes, suelen ser las más analfabetas emocionalmente. Por ello, sería maravilloso que desde pequeños nos enseñaran a percibir el verdadero significado de nuestras emociones (el dolor, la ira, el orgullo, la rabia, etc…), así evitaríamos los sentimientos negativos que tanto daño nos hacen.
Tras haber pasado por el sufrimiento y el dolor en algunas etapas de nuestra vida adulta, es cuando aprendemos realmente el significado de analfabetismo emocional, pues dedicamos parte de nuestro tiempo a formarnos sobre los sentimientos, ya sea a través de libros, de psicólogos o de terapias. Cuanto más ricas sean nuestras emociones, más experiencias positivas tendremos.
Una persona pobre en emociones, no sabrá nunca el verdadero significado de palabras como ‘te quiero’ o ‘te echo de menos’. Por esta razón, siempre se sentirá insegura en muchos campos de su vida, como en una relación de pareja, al no saber comprender a la otra persona. Así es que, debemos intentar expresar todo aquello que sintamos, ya sea a través de un abrazo, una palabra, un beso o una sonrisa, porque la vida se refleja en emociones.
«Si no controlas tus habilidades emocionales, si no tienes consciencia de ti mismo, si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes, si no puedes tener empatía y relaciones efectivas, entonces no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos». Daniel Goleman.