Si hay un signo travieso, divertido, aventurero y muy sexual en la rueda zodiacal, este es el inquieto y mitad animal (metafóricamente) centauro. Sagitario en el sexo, al ser de fuego y estar regido por Júpiter, da para empezar a entender el alto voltaje sexual que viene adherida a este signo.
Si revisamos la simbología asociada al regente del centauro o arquero como también se conoce a Sagitario, vemos al dios Júpiter como su influencia principal. Y si podemos decir que Venus es la diosa del amor “femenino” o erótico, puede que Júpiter sea el dios que mejor representa el amor sexual o físico a la manera masculina.
Y no vamos a decir que las Sagitario son masculinas, no tiene nada que ver con eso. Sino que simbólicamente, la nutrición, el cuidado o la ternura representan valores más asociados con el amor femenino, mientras que la sexualidad masculina se expresa mejor en la variedad, en la curiosidad y también en lo físico, y estas características son más comunes en hombres y mujeres Sagitario que en otros signos.
Sagitario en el sexo es directo y optimista
Júpiter, el regente de Sagitario, era con diferencia, el dios más infiel del zodíaco y el más sexual, y eso que ninguno , a menos que fuera la Diosa de la virginidad (y ni siquiera) se quedaban en cosas que posteriormente conocimos en nuestra cultura como monogamia. Cuando dicen de alguien que “hasta se tiraría a una planta” quizá se refieran a que más de una ninfa perseguida por éste u otros dioses, tuvo que transformarse en planta como medida desesperada para salvar su castidad.
Vamos, que cuando uno de estos dioses antiguos se encaprichaba con alguien era muy difícil decirle que no. Y menos que menos, al más poderoso de todos, al rey del cielo, al infiel y seductor Júpiter que no distinguía rango, clase social, especie o sexo a la hora de intentar ligar. Así es Sagitario en el sexo, primero, un optimista irreductible por lo que siempre que se lanza a la cacería, se lanza con la mejor disposición y con toda la certeza de que conseguirá sus objetivos.
Para esto, puede hacer lo que sea y tomar la forma que sea, ya que Sagitario, al igual que Leo se caracteriza por un enorme talento dramático y es capaz de encantar a punta de sonrisas, gestos y palabras como el mejor actor del mundo.
Si le gusta alguien, planeará su seducción como si se tratara de una cacería de esas a las que los centauros eran tan aficionados. Lo del arco no es solamente un símbolo y es que cuando Sagitario se enamora de alguien muchas veces lo vive como una aventura de cacería y es capaz de observar meticulosamente a su “víctima” para saber a dónde dirigir sus flechas de manera más eficaz.
Sus flechas pueden tener forma de flores, poemas, salidas espectaculares a sitios paradisíacos, ya que si algo le encanta a Sagitario es la aventura y en la cama esto en vez de atenuarse se magnifica. La mitad animal de los centauros representa la parte más salvaje de nuestra sexualidad, entendido lo animal o como lo negativo sino como lo más cercano a nuestros instintos naturales, pero ya sabemos que la naturaleza, aparte de muy hermosa, puede ser violenta y brutal.
Sagitario es un signo doble porque está dividido en eso: esa parte baja totalmente salvaje y en una parte totalmente distinta (humana) con un arquero que además dispara hacia el cielo (hacia las ideas, hacia la filosofía, hacia la elevación espiritual) .
Esta dualidad del signo también se expresa en su sexualidad de forma tan evidente como que son muy sensibles en las piernas, los pies, los glúteos y toda la zona baja del cuerpo por lo que nada los hace más felices que recibir besos, caricias y masajes en esas zonas especialmente erógenas para este signo. Psicológica y sexualmente, se expresa en que a veces pueden mostrarse tan ávidos y bruscos como un animal en celo y sin embargo ser profundamente delicados y sublimes en sus palabras y gestos.
Sagitario en el sexo también es contradictorio
También pasan por períodos contradictorios. A muchos Sagitario les gusta probar su fuerza de voluntad ante distintas “debilidades” (o lo que sea que ellos consideren eso) y a veces eso implica pasar por períodos de cierta “virginidad” o ascetismo sexual por lo que no quieren saber nada de sexo (sí, esa misma fiera que hace dos semanas te sometió a un maratón sexual que incluyó nata montada, chocolate y mucho vino) pues ahora resulta que le ha dado por atesorar su “chi” o energía vital, sometiendo tanto a sí mismo como a su pareja a una abrupta y (muy desconsiderada) abstención sexual.
Aunque parezca un chiste, casi el 80% de la gente que haya tenido por largo tiempo de pareja a un Sagitario ha pasado por estas sequías amorosas y sexuales que, gracias a que Sagitario ( y gracias a los dioses) está regido por un centauro, siempre tarde o temprano vuelve a su senda divertida, sexual y aventurera; con lo que suele compensar con creces estos arrebatos místicos que le dan cíclicamente.
Porque en la cama y fuera de ella hay que recordar que Sagitario en el sexo es tan “dual” o voluble y poco aburrido como Géminis, Piscis o Virgo, sus otros compañeros “mutables” o lo que el resto de los seres humanos conocen como “gente muy rara y cambiante”.