La belleza de la Astrología radica en que es una metáfora de la vida humana, que parece abarcar en su simbolismo todos los aspectos. Cuando buscamos entender el significado que tiene Leo como signo más brillante del Zodiaco, podemos descubrir cuán intrínsecamente ligado está el signo a toda la majestuosidad y brillo que se atribuye a su regente, el Rey Sol.
Los nacidos entre el 24 de julio y el 23 de agosto, cuando el verano llega a su cenit, permitiendo al Sol brillar en todo su esplendor, y la humedad de la tierra ya se ha evaporado del todo, están representados por un León, ya que esta magnífica criatura con su enorme melena dorada recordaba a los antiguos al astro Rey, que expandía sus rayos en el cielo en forma de una espléndida y alborotada melena rubia.
Y es que el signo de Leo brilla precisamente por encontrarse en medio del verano, una estación en donde los días se alargan y las noches se hacen más cortas, y que invita a la alegría, la sensualidad y la celebración de la vida.
El legado brillante del signo de Leo
El Sol, que es la estrella más brillante y central de nuestro Sistema, y el “corazón” de nuestro Universo conocido, era representado en la antigüedad por el Dios Apolo, un dios juvenil, de hermosos cabellos rubios, muy enamoradizo y terriblemente vanidoso e implacable. Y también uno de los dioses más poderosos y temidos del panteón olímpico, quién, con tan solamente cuatro días de nacido, derrotó a la serpiente Pitón (que representaba los bajos instintos y el miedo) para defender a su madre.
Apolo (el Sol) también estaba relacionado con el famoso Oráculo de Delfos, ya que era el dios de la profecía, es por eso que el fuego de Leo está relacionado con la sanación del espíritu y también con la creatividad artística o la videncia, ya que además, el séquito de Apolo estaba compuesto por las ninfas, siendo Apolo considerado también dios del arte y de la música. Es por eso que los nativos de Leo poseen esa gracia especial y un talento innato para las artes, así como una intuición especial y profética.
Leo es muy dominante, ya que es un signo fijo y masculino. Apolo era hermano gemelo de Artemisa o Diana, que es la deidad que presenta a la Luna. Y todos los atributos relacionados con la simbología de Leo, se encuentran presentes en la mayoría de los nativos del signo. Cálidos, generosos y optimistas como la estación que los representa, los nacidos bajo su brillante estrella, poseen una gran fuerza espiritual, producto de su alegría de vivir y su visión generosa y amplia del mundo.
Como los rayos del Sol que se expanden en forma de cabellera rubia por la cúpula celeste, los Leo y las Leo se caracterizan en muchos casos por una cabellera abundante, brillante y generosa. Y también, como el león que los representa, los Leo son atléticos, fuertes y a veces un poco “salvajes”, ya que el León debe ser controlado e interioridad para lograr el equilibrio en estos nativos.
Es lo que vemos representado en la carta del Tarot “La Fuerza” quien nos sugiere que no se trata de luchar contra nuestra naturaleza más instintiva, sino de integrarla a través de la suavidad que demuestra la figura femenina que abre la boca del león. Además, siendo considerado el Sol por los antiguos como el “corazón” de nuestro universo, es por eso que Leo rige a este órgano del cuerpo.
Los nativos de Leo además poseen un encanto especial, una especie de magnetismo y atractivo que los hace destacar entre las demás personas. A veces es cierto porte aristocrático, ya que nunca hay que olvidar cuando se trata de Leo, de que estamos ante un rey o una reina.
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Cómo se comporta Leo bajo los rayos del amor
Sin embargo, también Leo tienen una relación intensa y un poco dramática con el amor, que deberá trabajar para evolucionar, ya que Apolo (El sol) que rige a Leo, aunque era hermoso y poderoso fue un dios muy desdichado en estas lides.
Y es que Leo tiende a caer flechado repentinamente y enamorarse más de sus propios ideales que de la realidad, ya que en ese plano su ego un poco infantil, que lo hace tan poderoso y brillante también le hace difícil salir de sí mismo y superar debilidades del ego como la vanidad o la ira, convirtiendo sus relaciones amorosas muchas veces en apasionados romances que no se sostienen en la realidad, por ser demasiado ardientes e idealizados. Y condenando a los optimistas y exagerados Leo a amargas decepciones.
Sin embargo, también el león que representa Leo nos da algunas características sobre la brillantez del quinto signo del Zodiaco. Los leones son animales sociales que se mueven en hordas y harenes. Colaboran entre sí, tanto para la caza como para la crianza de los pequeños, y las madres Leo se ayudan entre sí amamantando los cachorros de sus compañeras. También son muy territoriales, como los miembros del signo.
Así mismo, los nativos de Leo son criaturas muy sociables y les encanta colaborar y liderar grupos, destacando por su entusiasmo y la fuerza que ponen en alcanzar sus metas.
Así como el animal que los representa, las mujeres y los hombres Leo, tienen un sentido muy desarrollado de la maternidad, y no hay una madre más protectora con sus hijos que las nacidas bajo este signo del Zodiaco. Además, este carácter protector y maternal también se extiende a casi todas las áreas de la vida, siendo los Leo personas siempre dispuestas a proteger a los suyos de la misma forma que un león o una leona protegen a su manada.
Su ego, unido a su especial carisma, hace que Leo esté muy dotado para el teatro y el mundo del espectáculo, siendo los hijos del Sol quienes más suelen brillar más en ese territorio.