Un decreto es un tipo de afirmación positiva pronunciada habitualmente con fe que genera sentimientos de calma y de felicidad, atrayendo a su vez situaciones positivas a nuestras vidas.
La expresión oral y los pensamientos positivos verbalizados de las cosas que deseamos que sucedan, representan decretos que se convierten en condicionantes de nuestros actos.
Decretando FELICIDAD
Decretar la felicidad es muy fácil, con solo recitar diariamente nuestros decretos estaremos más receptivos hacia el éxito y la felicidad, además mientras más decretemos nuestros deseos, mas rápido alcanzaremos nuestras metas. La fuerza de la mente se une al poder de la palabra hablada, convirtiéndo en realidad aquello que anhelamos con la fé, llenándonos de seguridad y embargándonos de una enorme felicidad.
Los decretos de felicidad son estados pequeños que funcionan como oraciones y reprograman nuestras mentes en una capacidad positiva y de felicidad que nos permite el uso de nuestro poder personal.
10 Decretos de la Felicidad:
1.- YO no hablo, ni permito que se me hable nada contrario a la perfecta salud, la felicidad y la prosperidad.
2.- YO le hago sentir a todo ser viviente que lo considero valioso.
3.- YO le busco el lado bueno a todo lo que me ocurre, y a todo lo que veo ocurrir a otros.
4.- YO pienso en todo lo mejor. Espero todo lo mejor. Trabajo únicamente por lo mejor.
5.- YO siento igual entusiasmo por lo bueno que le ocurre a otro que por lo que me ocurre a mí.
6.- YO olvido mis errores del pasado y sigo adelante a mayores triunfos.
7.- YO llevo una expresión agradable en todo momento, y sonrío a todo ser con el que me cruzo.
8.- YO no tengo tiempo para criticar a los demás. Paso mucho tiempo mejorándome.
9.- YO me hago tan fuerte que nada puede perturbar la paz de mi mente.
10.- YO SOY demasiado grande para preocuparme. Demasiado noble para enfurecerme. Demasiado fuerte para temer.
Demasiado feliz para permitir la presencia de algo negativo.