No se sabe muy bien si las amazonas existieron en realidad o pertenecen a esa categoría de pueblos fantásticos con las que están adornadas las historias y leyendas griegas como: los cíclopes, las sirenas o los centauros.
Y es que su historia se entremezcla con guerreros mitológicos (como Hércules) y personajes reales (como Alejandro Magno) , y sus costumbres y modos, también han sido relatados de las formas más dispares, por historiadores y cronistas que se pierden en la noche de los tiempos.
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¿Cuál era el territorio de las amazonas?
Sus ubicaciones más precisas, las colocan en un pueblo llamado Tescimira en la costa del Mar negro. Otros las colocan más hacia Europa , en la antigua Tracia , al margen izquierdo del Danubio. Historiadores y etnógrafos hablan de un imperio “femenino” o matriarcal que abarcó grandes zonas, desde las estepas Rusas hasta llegar al puerto de Anatolia en Turquía.
Los argonautas hablan de la isla de Lemnos en el mar Egeo habitada sólo por mujeres, ya que estas habían matado a todos los hombres porque les habían sido infieles. Lo que fue muy oportuno para los argonautas que pudieron “suplir” a los maridos infieles y asesinados.
Algunas historiadoras han descubierto un primer imperio amazónico de guerreras Libias originarias de “Tritonia” una isla de la costa africana destruida por la acción volcánica y de la que, las Islas Canarias, serían los restos no sumergidos.
En el siglo XIX se encontró en las montañas del Cáucaso una tumba que contenía un esqueleto grande de mujer con su armadura , sus flechas, un cuchillo y un disco de pizarra. Excavaciones más recientes han encontrado tumbas de mujeres guerreras en zonas de Ucrania.
¿Pero existieron o no existieron las amazonas?
Claro que existieron las amazonas, y sería injusto compararlas con un ser imaginario como cíclope o una sirena , ya que, a pesar de que eran muy agresivas (porque eran descendientes del dios Ares o Marte como también se le conoce) no carecían de rasgos humanos y ninguna de sus características las aleja de su mortalidad, aunque habría que hacer unos matices para asegurar la existencia de esta sociedad de mujeres guerreras.
Los Escitas eran pueblos nómadas que habitaban las estepas de Eurasia en la antigüedad desde el mar negro al mar Caspio. Eran multitud de pueblos y tribus a los que caracterizaba su vida nómada y su habilidad como jinetes y como arqueros. También su culto al dios de la guerra, Ares. No se descarta que en la organización política de algunas de éstas tribus el matriarcado haya sido predominante.
Por otra parte , muchos historiadores afirman que culturas antiguas fueron de índole matriarcal, es decir, dominadas por las mujeres.
Curiosamente, las Amazonas vuelven a aparecer muchísimos siglos y kilómetros después en las crónicas de los primeros exploradores del continente americano. Y son prolíficas las descripciones que hacen los cronistas españoles de tribus de mujeres que viven solas, que cada cierto tiempo se “amanceban” con alguna tribu vecina con el único fin de salir preñadas y luego retornan a su mundo femenino. Siendo esto el motivo quizás de que el gran río que atraviesa el continente, haya sido nombrado en honor a estas legendarias mujeres guerreras.
Algunos datos curiosos de las legendarias amazonas
- La leyenda dice que descendían del Dios de la guerra Ares y de la Náyade Harmonía , de lo cual les venía un talante bastante aguerrido , es decir, que les encantaba una pelea.
- Eran gobernadas por una reina, siendo excelentes jinetes y arqueras, aunque también manejaban el hacha doble, las espadas y utilizaban un escudo distintivo en forma de “Luna creciente”.
- Aunque descendientes de Ares eran claramente seguidoras de Artemisa, Diosa virgen, cazadora y también muy hábil con el arco.
- Hay varias versiones de lo que hacían con los hombres: en todos los casos tenían relaciones con ellos para poder salir embarazadas, pero lo que no se sabe es si:
- Algunos sostienen que habían llegado a algún tipo de pacto amistoso con sus tribus vecinas para ir a “visitar” a los hombres dos veces al año, salir embarazadas y al parir, si era un varón se lo enviaban al papá y si era hembra la criaban como una amazona.
Sin embargo, esto datos suenan muy “suaves” para unas mujeres que eran descendientes del Dios de la Guerra, el loco y desenfrenado Marte, por lo que tenemos la otra versión:
- Cuando ganaban una batalla, se acostaban con los vencidos, luego los mutilaban para esclavizarlos y ese era el mismo destino desgraciado de los niños varones que nacían en la tribu. Esto es bastante más probable considerando otro rasgo muy característico de las amazonas.
- Muchos no saben que el afán masoquista de las mujeres viene de lejos. Si creen que el corsé , los tacones o la depilación con cera son “sacrificios” es que no saben que las amazonas se mutilaban un seno para manejar mejor el arco. No se sabe bien como hacían esto, unos autores sostienen que se lo quemaban cuando eran niñas , otros que se los cortaban ya grandes ellas mismas, en un rito “iniciático”.
Si nos parece muy “bestia” esta práctica, recordemos que aún hoy (siglo XXI) existe en el mundo la “ablación de clítoris” en algunos sitios o en otros se ponen un plato en el labio inferior para estirarlo a límites inconcebibles. Y sin ir muy lejos, en occidente algunos se mutilan o se introducen hierro en el cuerpo o piercings en el glande o los pezones por pura estética. Por lo que no es descabellado pensar que en épocas en que se peleaba con espadas oxidadas y hachas de doble filo la gente se haya cortado un seno, como quien se depila las cejas, sólo para ser más hábil con el Arco.
Las amazonas también se enamoraban
Aunque muy aguerridas, algunas reinas amazonas, ganadoras de innumerables batallas a sangre y fuego, sucumbieron como cualquier otra mujer de la historia a las flechas de Cupido.
- Hipólita y el noveno trabajo de Hércules:
Así le pasó a Hipólita a quien su padre Ares le había regalado un cinturón que fue a quitarle nada más y nada menos que Hércules en el noveno de sus famosos trabajos.
Pero Hipólita, en vez de ser fiel a su estirpe (de virgen y guerrera) decidió que Hércules se veía muy bien con esa minifalda y merecía que le entregara no sólo el cinturon de Ares (que era lo de menos) sino su castidad de reina virgen.
A la esposa de Zeus, Hera, no le caía muy bien Hércules y les dijo a las otras amazonas que Hércules le quería robar el cinturón a su reina (omitiendo que su reina se lo quería regalar con ella dentro) y así se formó una batalla y Hércules creyéndose traicionado terminó matando a Hipólita (que no le pudo regalar nada de lo que quería).
- Pentesilea enamorada de Héctor y Aquiles enamorado de Pentesilea:
Otra sacrificada por amor fue Pentesilea otra reina amazona, que tenía un loco y extraño amor por el Troyano Héctor ( interpretado por Eric Bana en “Troya”) por lo que cuando este fue asesinado por Brad Pitt (Aquiles) ella fue a vengarse , pero Aquiles le clavó una lanza en el cuello, aunque al verla morir – justo en ese instante- el famoso héroe también fue flechado por cupido y se enamoró de ella. Esta escena se encuentra representada en innumerables piezas de arte griego.