¿Quién no ha vivido alguna vez un momento en el que sabe lo que va a ocurrir en el instante siguiente? ¿O le suena haber estado en tal lugar, dicho ciertas palabras, actuar de una manera determinada que ya cree haber experimentado o predecir lo que va a decir su interlocutor justo antes de que lo diga? Estas vivencias intuitivas y otras parecidas constituyen episodios del curioso fenómeno conocido como déjà vu.
El déjà-vu es una de las sensaciones más extrañas que experimenta nuestro cerebro y de la que somos conscientes a lo largo de una milésima de segundo. Nuestro organismo es casi perfecto, pero, como todo, tiene sus pequeños fallos y el déjà-vu es uno de ellos. El déjà-vu es considerado como una desconexión o conflicto entre un objetivo que no es conocido y una sensación subjetiva de familiaridad.
¿De dónde procede el término déjà-vu?
El concepto de déjà-vu se conoce desde que el filósofo e investigador francés Émile Boirac acuñó tal término en 1.876 y su traducción del francés sería “lo ya visto”. Defensor del fenómeno parapsicológico, Boirac rápidamente explicó que el déjà-vu era una evidencia de vidas pasadas, aunque con anterioridad psiquiatras y psicólogos intercambiaron varias teorías para explicar este suceso.
Por ejemplo, Freud lo atribuyó a deseos reprimidos y Carl Jung sugirió que surgen de la escucha del inconsciente colectivo. Otros científicos afirman que el déjà-vu es una pequeña actividad epiléptica que se registra en la zona del lóbulo temporal de nuestro cerebro, y aquellas personas que sufren de epilepsia pueden registrar muchos más déjà-vu a lo largo de su vida, localizados principalmente justo antes de padecer un ataque epiléptico.
¿Por qué se produce el déjà-vu?
Se han propuesto docenas de causas para el déjà-vu durante muchas décadas, pero la mayoría se quedan por el camino cuando los investigadores aprenden más sobre el cerebro humano y los procesos cognitivos. Entre estas causas, hay quién afirma que el déjà-vu es la experiencia de un sueño bloqueado que se recuerda en la oportunidad precisa para tomar una decisión importante.
El mensaje de esta clase de sueños suele contener una alerta para prevenir o evitar un accidente u otro suceso que, de ocurrir, acarrearía consecuencias quizás trágicas. La combinación simultánea de acontecimientos presentes con la reminiscencia involuntaria de imágenes de un sueño bloqueado, producen en la persona la sensación de haber vivido anteriormente lo que está ocurriendo en el momento.
El déjà-vu, en este caso, cobraría un fenómeno de efecto reflejo en la persona, conectado directamente con su capacidad de intuición o de clarividencia para adelantarse a los acontecimientos y que, por un sentido de supervivencia, garantizaría en caso de peligro, una decisión rápida y acertada.
Las estadísticas, aunque no son uniformes, indican que un porcentaje elevado de personas (del 70% al 80%) han experimentado, al menos una o dos veces, un déjà-vu durante su vida. Una creencia popular es que el déjà-vu podría ser una acumulación de experiencias de la vida simplemente, un falso recuerdo, es decir, una especie de desorden mental, en el que tienes la ilusión de recordar una situación, pero en realidad la estás viviendo por primera vez.
Es una falsedad del resultado entre la memoria a corto plazo que percibes como el presente y la memoria a largo plazo que percibes como el pasado. Pero la ciencia parece dictaminar cualquier otra cosa. No obstante, este misterioso y curioso fenómeno seguirá ocurriendo sin que podamos darle un significado concreto.