Si bien todos somos únicos y muy particulares, también es verdad que a través de un test como el que aquí te proponemos y específicamente desarrollado para esto, puedes llegar a conocer aspectos que tal vez desconoces de tu personalidad pero que, sin embargo, pueden llegar a definirte muy bien en esencia. De esta forma, indicando qué es aquello que llama primero tu atención, puedes descubrir algo de ti que permanece guardado en un lugar recóndito de tu Ser.
A continuación, te proponemos que mires esta imagen por un segundo y señala cuál de los tres símbolos viste primero. Luego, lee la respuesta más abajo.
Tabla de contenidos
1. Si has visto primero la flor
Eres una persona que no maquillas tus sentimientos. Tampoco escondes tus verdaderas opiniones o intenciones, y tienes claro qué es lo que quieres. No crees que los sentimientos tengan que esconderse como el secreto mejor guardado, sino que hay que dejarlos fluir porque son una parte maravillosa de cada uno. Otra cualidad que destaca en ti es que posees la capacidad de escuchar a los demás durante horas con total interés. Lo haces porque quieres conocer de verdad a quienes te rodean, y da igual si es la tontería más grande del mundo, porque siempre estás predispuesta a que compartan contigo sus pensamientos, sean cuales sean.
2. Si has visto primero el ojo
Sabes que la verdadera belleza se esconde tras los ojos de quien mira. No sueles preocuparte demasiado en estar guapa según los estereotipos de la sociedad, sino que sabes que cada persona tiene puntos fuertes y flacos, pero que todos tenemos algo que nos hace ser especiales. Sabes que si alguien te critica es porque no está viendo nada más que tu exterior. Aún así, te gusta cuidarte físicamente para verte bien, sin embargo, lo que más procuras es ejercitar el alma. Prefieres ser honesta contigo misma y con los demás, que no decir nada por temor. También te interesa ampliar tus conocimientos de todo tipo.
3. Si lo que has visto primero es la mano
Eres una persona que no te das por vencido. ¿Cuántas veces has dejado de hacer algo que tenías ganas de hacer por miedo a lo que pudieran pensar de ti? Aunque te tomas tu tiempo para reflexionar antes de actuar, cuando lo haces, es con la mano en el corazón, dejándote llevar por tu vocecita interior, sin importarte si te vas a equivocar o no, ya que sabes que el fracaso no es una derrota, sino una manera de cuestionarte otro tipo de cosas o incluso de tener una victoria más tardía. Piensas que equivocarse es aprender dos veces y también sabes qué es lo que puedes llegar a ser. No te importa afirmar cuando no sabes de lo que habla alguien en un momento determinado, sea el tema que sea, y prefieres aprender sobre ello, lo mismo ocurre con las palabras de las cuales no sabes el significado.
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