La Geomancia está considerada como una de las mas antiguas ciencias adivinatorias. Algunos consideran que proviene de Oriente y que era conocida por los Chinos, Persas, Caldeos, Egipcios y Babilonios desde miles de años antes de nuestra era. La Geomancia es una verdadera ciencia cosmológica basada en la observación de los astros y en la detección de las corrientes de energía vital existentes bajo la tierra.
Fue usada en sus orígenes para el emplazamiento, la orientación y los planos de construcción de las ciudades, fortificaciones y demás edificios, para crear así condiciones de vida que permitieran al hombre vivir en armonía con el cielo y la tierra. El conocimiento de estas influencias celestes y terrestres, que por supuesto son una expresión de concepción metafísica del Universo inherente a la sabiduría de los antiguos, fue por mucho tiempo privilegio de las clases sacerdotales y de los iniciados.
Geomancia y practica
- La claridad del cielo en los países de los pueblos de la antigüedad permitía a los observadores estudiar con facilidad y sin instrumentos el movimiento, ubicación y fenómenos celestes.
- De esta forma, de los más ricos a los más humildes tenían por costumbre, antes de tomar una decisión importante, consultar al Cielo y a la Tierra con la intención de poder obtener imágenes o señales de la voluntad divina.
- Mediante ritos que aún hoy día siguen siendo un secreto, se generaba con una varilla o el dedo índice sobre el suelo, especialmente sobre arena, una cierta cantidad de trazos correspondientes al número y a la situación de las estrellas, que, reducidos del excedente de paridad e imparidad, formaban figuras geométricas de las cuales se podían extraer predicciones, consejo y guía.
Geomancia y curiosidades
- Como el I-Ching y la propia Astrología, en la Geomancia se aplica el concepto de que todo lo creado participa del principio de polaridad, positivo y negativo, masculino y femenino, terrestre y celeste.
- En la Geomancia está expresado según la Numerología Sagrada, o sea, lo IMPAR creador, generador, masculino, activo, en términos geománticos, y lo PAR receptivo, femenino, en términos geománticos.