Mucho se ha dicho y escrito sobre el amor. Ese sentimiento supuestamente basta para unir a dos personas de por vida.
Sin embargo, la realidad suele golpearnos una y otra vez. Cuesta admitirlo. El amor, ese flechazo inicial que sentimos al mirar a los ojos, rara vez es suficiente para mantener a flote una relación de pareja. ¿Por qué?
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La mayoría olvida alimentar ese amor
Una relación de pareja es cosa de dos. Dos personas con sus propias necesidades, deseos, metas, emociones y desafíos.
Complejo. Por eso, es fundamental alimentar la relación y no dejar todo “en manos del amor”. Hay que trabárselo día a día. Necesitas poner tu granito de arena para que la relación crezca.
Muchos fallan en este primer punto. Piensan que ese fuerte vínculo del inicio, el flechazo, será garantía para disfrutar de una relación eterna. No es así. Hay que alimentarlo.
Otros, pasan de la comunicación
Una relación necesita más que amor para prosperar. Necesita comunicación efectiva. Es crucial poder expresar lo que uno siente y piensa, y también escuchar al otro con empatía.
¿Cuántas veces has oído esto?
- “Mi pareja no me entiende”.
- “Es que nunca me escucha”.
- “Está por estar”.
A fin de cuentas todo son reproches. Por lo general se suele culpar al otro. Es frecuente argumentar que se ha cerrado en banda y no quiere comunicarse. Que ya no es el que era.
Pregúntate por qué. La relación es cosa de dos. Puede que la otra parte se haya sentido mal en algún momento por alguna actitud tuya o puede que no. En cualquier caso, antes de culpar hay que hacer autocrítica. ¿Has hecho todo lo que estaba en tu mano? ¿Por qué se comporta así?
Un amor sin comunicación suele ser una bomba de relojería. Tarde o temprano creará tensiones y problemas.
Pocos se comprometen a largo plazo
El amor no es suficiente para que la relación funcione a largo plazo por lo anterior y porque en la era digital es complicado mantenerse al margen de los estímulos.
¿Comprometerse? Esa es la palabra maldita para muchas personas. Y una relación duradera requiere de compromiso. Amar a alguien puede ser fácil, estar dispuesto a comprometerse con esa persona a largo plazo, a pesar de los altibajos, es un reto mayor.
Este compromiso implica hacer sacrificios, tomar decisiones conjuntas y trabajar en equipo para superar los obstáculos. No siempre es fácil, pero es necesario para conseguir una relación saludable y duradera.
Además, las relaciones tienen otro elemento común: la amistad. Ser amigos además de amantes ayuda a mantener la relación viva y divertida. Esa amistad implica tener intereses comunes, apoyarse y disfrutar del tiempo juntos más allá de la pasión del amor.
Como has podido ver, aunque el amor es el componente central en una relación de pareja, no es suficiente por sí solo para garantizar el éxito a largo plazo de la relación. Necesitas alimentarlo día a día y añadir compromiso, respeto, comunicación y amistad. ¿Fácil? No, nadie dijo que lo fuera.