La autoestima y la creatividad son dos elementos fundamentales para el desarrollo humano. Podrías pensar que cada uno se mueve de forma independiente, pero no es así.
Ambos componentes se complementan y están íntimamente relacionados. Son esenciales para despertar la “chispa creativa”. De hecho, según sugiera la ciencia, su relación podría ser más estrecha de lo que comúnmente se piensa.
Tabla de contenidos
Autoestima: nuestro espejo interno
La autoestima es la percepción y valoración que cada persona tiene de sí misma. Está relacionada con la forma en que nos relacionamos con el mundo.
Cuando la autoestima se encuentra en equilibrio, tendemos a enfrentar los retos con mayor confianza y optimismo, creando el ambiente propicio para el desarrollo personal y profesional. En ese momento es cuando entra en juego la creatividad.
Creatividad: la chispa de la innovación
Por otro lado, la creatividad es la capacidad de generar ideas, soluciones o perspectivas novedosas y de alto valor. Es el motor que impulsa la innovación y el descubrimiento, permitiendo a las personas enriquecer el entorno.
¿Cómo se unen autoestima y creatividad?
Cuando las personas creen en sus capacidades y se sienten más libres para explorar (síntoma de una autoestima saludable), son más propensas a adentrarse en el campo de la creatividad.
Por tanto, una de las claves de esta relación es la ausencia del miedo para emprender el viaje creativo. El miedo al qué dirán o la vergüenza (síntomas de una baja autoestima) impiden que la creatividad fluya.
La creatividad difícilmente saldrá a relucir si la persona tiene problemas para mantener su autoestima en unos niveles razonable.
¿Si trabajas la autoestima serás más creativo?
Independientemente de que autoestima y creatividad tengan una realidad estrecha, siempre hay que tener claro que desarrollar la autoestima es una de las mejores decisiones que puedes tomar.
A partir de ahí, la respuesta es clara y rotunda: sí, merece la pena fomentar la autoestima para sacarle más partido a la creatividad. Al hacerlo, crearás un espacio seguro para la experimentación, ese será el caldo de cultivo ideal para que florezca tu identidad creativa.
Por este motivo, la educación y el ambiente laboral tienen roles fundamentales en el proceso que da lugar a la creatividad. Si se promueven entornos abiertos, que ofrezcan libertad y sean propicios para la diversidad de pensamientos, las ideas creativas brotarán con naturalidad.
A su vez, el propio acto creativo también contribuye a fortalecer la autoestima. ¿Por qué razón? Al aventurarte a crear algo (lo que sea), experimentarás un sentido de logro. Reafirmarás tu valía y te sentirás mejor.
El miedo al fracaso y la inseguridad creativa
En nuestra sociedad existen personas brillantes, con una elevada creatividad, que no la desarrollan por miedos e inseguridades. Por desgracia, esto es muy común.
Abordar esos temores hará que florezca para el espíritu creativo. El error es parte del proceso de aprendizaje y desarrollo, esto es algo que deberían grabarse a fuego las personas creativas con miedo al fracaso.
Autoestima y creatividad están intrínsecamente relacionadas. Fomentar una autoestima saludable es abrir la puerta a un universo de posibilidades creativas, mientras que cultivar un entorno creativo es una manera interesante de reforzar la autoestima. Explora ambas. ¡Sin miedo al éxito!