El lenguaje corporal es un claro instrumento para saber cuando una persona se oculta bajo las mentiras. A través de los gestos podemos identificar cuando nos mienten, pues el inconsciente de mencionada persona suele ser más fuerte que su propia voluntad y demuestran con actitudes que no son leales. Las mentiras son una forma de evadir la realidad y la responsabilidad ante determinados actos. Por lo general, comunicamos más sin palabras que con ellas, ya que un 93% de nuestra comunicación es no verbal.
Clases de mentirosos:
- Esporádicos y espontáneos: Estas personas quieren ocultar algo sin importancia, para evitar conflictos o porque consideran que así ayudan a alguien.
- Evolutivos: Comienzan en la etapa de la niñez y siguen el mismo patrón de sus padres o familiares.
- Sintomáticos: Mienten para obtener una mayor atención. Se crean un falso personaje como si fueran ellos mismos.
- Repetitivo: Mienten para eludir responsabilidades.
Actitudes del mentiroso:
- Respuestas: Cortas y con pausas. Tardan más en responder que una persona nerviosa, pues necesitan más tiempo para inventar la mentira.
- Gesto: Tragará saliva o se morderá el labio, ya que cuando alguien se pone nervioso la boca se reseca y no encuentra las palabras correctas.
- Paralizado: La persona intentará no moverse demasiado. Señales reveladoras de su conducta falsa serán observarlo demasiado tieso o rígido y quieto.
- Manos: El lenguaje corporal de las manos está íntimamente ligado al corazón. Una persona que mienta ocultará inconscientemente sus manos.
- Cercanía: Al mentir las personas se sienten incómodas, por lo que se comportarán menos cercanas que de costumbre. Por ejemplo, si una persona nos dice que nos quiere, pero realmente muestra indiferencia, lo que afirma no coincide con lo que realmente siente.
- Contradicción: Incoherencias en lo que la persona le dice, historias diferentes, diversos marcos de tiempo, errores al recordar detalles.
- Carácter: Habitualmente son inseguros y tienen miedo de ser rechazados.