En la persecución de la felicidad siempre buscamos fórmulas mágicas que nos permitan sumar. Sin embargo, suele tener un mayor efecto detectar hábitos tóxicos que nos están restando.
Esos malos hábitos son como anclas que te impiden avanzar hacia lo que realmente deseas. En muchas ocasiones, no necesitarás más que retirar ese ancla para ver cambios sorprendentes en tu bienestar.
¿Cuáles son los hábitos que limitan tu felicidad? Conocerlos te permitirá combatirlos desde la raíz.
Tabla de contenidos
La queja, uno de los hábitos más tóxicos
Todos tenemos días malos, nadie lo pone en duda, pero quejarse constantemente puede ser la perdición para el bienestar y la felicidad. Es un hábito muy tóxico.
Piénsalo. La queja continua te daña a ti, a tu felicidad y a todos los que te rodean. Todo el mundo tiene problemas, de hecho, hay un montón de gente ahí fuera que está mucho peor que tú.
¿Mal de muchos consuelo de tontos? Bueno, en realidad se trata de enfocarse en lo positivo, en buscar soluciones en lugar de poner el foco en los problemas.
Compararte con los demás
Lo de compararse con otros ha existido desde siempre. Sin embargo, con el auge de las redes sociales se ha convertido en un hábito peligroso y tóxico.
En esas redes sociales la gente sube contenido enfocado en mostrar su mejor versión. Si te dejas llevar por esa “imagen ficticia”, puedes acabar en comparaciones que, además de alejadas de la realidad, son dañinas para tu autoestima.
Recuerda que cada persona es única. Compararte con los demás te llevará a una espiral de insatisfacción. Dale a tu autoestima el respeto que merece celebrando tus propias victorias.
Vivir en el pasado o el futuro
El ayer ya pasó y no tiene solución posible; el mañana aún no ha llegado.
El ahora es lo único que puedes vivir y cambiar. Lo que está pasando en este mismo instante está en tus manos, el resto puede dañarte.
Ahora bien, no hay que confundir tener recuerdos o planificar el futuro con vivir anclado en el pasado o preocupado constantemente por el futuro.
El hábito dañino, y muy frecuente, es permanecer en lo que fue o en lo que creemos que será. Eso impide disfrutar del presente. Vivir el aquí y ahora es lo único que tiene sentido.
Miedo a salir de la zona de confort
La comodidad nos atrae, pero la vida acostumbra a crecer fuera de la zona de confort. El miedo a lo desconocido puede obstaculizar tu crecimiento personal.
Es un hábito enraizado en muchas personas que suele resultar tóxico cuando se lleva al extremo. Imagina que, por miedo, permaneces en tu zona de confort durante toda la vida. Eso puede hacer que no conozcas nuevas culturas o que reduzcas tu círculo social a lo mínimo.
Atrévete a probar cosas nuevas. Expande tus horizontes. Ahí fuera hay cosas que merecen mucho la pena y aún desconoces.
Perfeccionismo, el tóxico oculto
Querer hacer todo perfecto es una batalla perdida. La perfección es una ilusión que suele llevar al estrés, la frustración y la insatisfacción.
Aprende a aceptar tus imperfecciones y abraza el proceso de mejora continua. El perfeccionismo, en realidad, es una cárcel para el que lo sufre. Un hábito tóxico bastante oculto en nuestra sociedad.
Recuerda, la felicidad es un viaje personal de pequeñas experiencias. Estos hábitos tóxicos son obstáculos en tu camino, impiden que te sientas pleno y feliz. Trabaja en conocerte mejor, deshazte de esas cadenas. Así, disfrutarás de una vida alineada y sin ataduras.