La dependencia emocional es una de las dinámicas más peligrosas y dañinas que pueden surgir en las relaciones. Se manifiesta en múltiples formas y siempre tiene un impacto significativo.
Cuando una de las partes siente un apego patológico por el otro miembro de la pareja, todas las piezas que dan lugar a una relación sana se tambalean. ¿Cómo afecta esa dependencia a las relaciones? ¿De qué forma se refleja?
Tabla de contenidos
La dependencia emocional genera conflictos
La persona que siente esa dependencia emocional, se verá incapaz de continuar con su vida sin el apoyo de la otra parte. Eso, que podría parecer bonito en un amor idealista, siempre da problemas.
A menudo, este tipo de dependencia da lugar a comportamientos posesivos y celosos, alimentando las tensiones en la relación.
Unas tensiones que irán a más por la falta de autonomía individual. Cuando la pareja no logra desarrollarse por separado, los conflictos empiezan a llamar a la puerta.
Provoca desgaste emocional y agotamiento
El desgaste emocional es otro de los puntos comunes. Se da en la mayoría de relaciones de este tipo.
Cuando una persona depende excesivamente del otro para encontrar la felicidad, suelen surgir el agotamiento. Quizá en un primer momento no suceda, pero a la larga terminará pasando factura.
Este desequilibrio emocional también puede derivar en resentimiento y estrés. Son relaciones que agotan física y emocionalmente.
La persona más independiente sentirá que está cediendo gran parte de su energía para satisfacer las necesidades del otro.
Daña las relaciones con familiares y amigos
Lo anterior suele ir de la mano de un daño significativo en las relaciones con el entorno más cercano. Cuando uno está inmerso en una relación de dependencia emocional, puede empezar a centrar todas sus energías y atención en su pareja, descuidando otras relaciones vitales en su vida.
La constante necesidad de la persona dependiente de recibir aprobación y apoyo de su pareja puede llevar a un aislamiento gradual de sus seres queridos, afectando la calidad y la cantidad de sus interacciones con ellos.
Además, este patrón puede generar un ciclo vicioso. La pareja, al encontrarse cada vez más aislada de su red de apoyo, puede reforzar su dependencia emocional entrando así en un círculo interminable.
La dependencia emocional merma las habilidades sociales
En la mayoría de las relaciones de pareja sanas, ambos miembros crecen juntos, pero mantienen una identidad propia y fortalecen sus habilidades sociales al interactuar con personas en diferentes contextos.
Cuando uno se encuentra en una relación de dependencia emocional, la esfera social se ve reducida a la mínima expresión.
El dependiente tiende a centrar toda su atención y esfuerzos en la pareja olvidándose de todo lo demás; la otra parte, se verá inmersa en un círculo en el que sólo existe una persona.
Las dos partes perderán su esencia individual y verán una gran merma de sus habilidades con otras personas, dificultando la formación de relaciones profundas y significativas fuera de la relación de pareja.
Por desgracia, la dependencia emocional suele tener un impacto profundo y a veces devastador en las relaciones. Desde el desgaste emocional hasta la pérdida de autonomía individual. Toma medidas ahora o buscar apoyo y orientación profesional. Mereces una relación sana, que te permita crecer y tener tu propia autonomía emocional.