La claustrofobia caracterizada por ser una fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad, es el miedo a los espacios cerrados. Se estima que entre un 3 y un 6% de la población la padece y suele ser originada por alguna mala experiencia dentro de un habitáculo cerrado. Los síntomas más característicos son mareos, sudoración, palpitaciones, falta de aire y temblores. Aquello que la padecen intentan evitar entrar en cualquier espacio reducido. Por este motivo, la claustrofobia y los viajes son dos conceptos que están muy ligados.
Claustrofobia y tipología:![]()
- Coches: Por lo general, los viajes en coches son los que menos ansiedad generan sobre quiénes padecen claustrofobia. No obstante, cuando los viajes son largos, la cosa cambia un poco. Un consejo para evitar la claustrofobia durante un viaje en coche consistiría en evitar las autopistas. Las carreteras secundarias, al restringir la velocidad, suelen generar menos agobio. Además, convendría hacer paradas de forma periódica para pasear un poco y comer algo.
- Barco: Los viajes en barco generan problemas cuando llega el momento de acudir al camarote. Hay que tener en cuenta que, a no ser que se trate de una habitación de mucha categoría, los camarotes suelen ser bastante pequeños. Un consejo consistiría en solicitar la habitación cerca de alguna salida hacia la cubierta. Cabe resaltar que la brisa del mar suele ayudar a la persona claustrofóbica, reduciendo así considerablemente su nivel de estrés.
- Autobús: Los viajes en autobús suponen un reto realmente impresionante para quiénes sufren mencionado padecer. Los asientos son minúsculos, hay mucha gente en un espacio muy reducido y los que incorporan un aseo suelen hacer muy pocas paradas. Para este tipo de viajes convendría llevarse golosinas o frutos secos para entretenerse, las pipas suelen funcionar bastante bien. Además, sería interesante buscar algún tipo de distracción, como un libro o una película.
- Avión: El más difícil de los viajes, para una persona claustrofóbica es el que se realiza en avión. La sola idea de pasar algunas horas dentro un habitáculo reducido tiende a elevar sus niveles de estrés al máximo. Un consejo para los viajes en avión consistiría en elegir muy bien el asiento. Alejarse de niños o adolescentes que puedan generar molestias. Por tanto, en este sentido tratar de controlar la ansiedad es fundamental. También es importante llevarse algo con lo que entretenerse como es el caso de los juegos de mesa, consolas portátiles u ordenadores.
Así es que a pesar de todo lo expuesto con anterioridad, para algunas personas, viajar supone un reto, en ocasiones muy difícil de asimilar. En este punto, no hay que olvidar que existen medicamentos contra la ansiedad que siempre prescritos por un médico, pueden servir de gran utilidad, incluso cuando viajar pueda ser más una necesidad que un proyecto vacacional.