El día de Navidad disfrutaremos de una hermosa Luna Llena en el signo de Cáncer, algo que no sucedía desde hacía 38 años y que no volverá a pasar hasta el 25 de diciembre del año 2034, lo que convierte esta Navidad del 2015 en un día muy especial, dónde también se sumarán varios acontecimientos astrológicos destacables como la posición directa de Urano, que despierta tras varios meses en estado de letargo.
Igual que lo hará Papa Noel la Luna Llena llegará bien temprano ese día para ofrecernos sus regalos. Al producirse en el signo de Cáncer qué duda cabe que será un día dónde las emociones se sentirán intensamente, además de anunciar un momento propicio para compartir con la familia en el hogar, tal y cómo le gusta al signo del cangrejo. Pueden salir a flote también emociones reprimidas y Urano dará un empuje inmejorable y nos sorprenderá con noticias y eventos inesperados.
Días de reflexión antes de Navidad
Recién hemos atravesado el umbral que representa el Solsticio de Invierno el día 21, entrando el Sol en el signo de Capricornio. Este fenómeno astronómico hace que cambiemos de estación y que dé comienzo el periplo de regreso hacia la luz.
El Solsticio de diciembre representaba en las antiguas culturas ancestrales el principio del Nuevo Año Solar y era motivo importante de celebración. De hecho, actualmente estos ritos paganos vuelven a darse y en ciertos lugares sagrados como Stonehenge en Inglaterra o Chichén-Itza en México, se congregan cada año multitud de personas para celebrar el nuevo año solar durante el amanecer del 22 de diciembre.
La palabra Solsticio significa “el Sol se detiene” y es que nuestro astro rey permanece estático durante tres días y tres noches para variar así su ritmo y producir los cambios estacionales. El Sol se detiene y nos invita a que lo imitemos y nos tomemos esta pausa con él. Se toma un tiempo antes de volver a renacer y de esta manera que nuestros deseos e intenciones también lo hagan. Es un retiro necesario para observar nuestra vida desde una perspectiva mejor.
Estos tres días justo antes de Navidad son de vital importancia para la reflexión, para renovarnos y para decidir con sosiego que es lo que deseamos ver crecer en nuestra vida y qué semillas plantaremos para el nuevo año que comienza, abriendo la puerta para un nuevo ciclo de creación y manifestación. Existe un profundo saber cuando nos permitimos retirarnos y disfrutar de una pausa para reflexionar detenidamente.
De esta manera tenemos la oportunidad para tomar decisiones más acertadas de cara al nuevo año y con la intención puesta en hacer un uso efectivo de nuestros propios recursos personales. El Sol en Capricornio ayuda con su energía introspectiva y con una distancia saludable nos aporta claridad para contemplar nuestro camino y reconocer cuál es nuestra realidad, aquella que decidimos vivir.
Lo que nos trae por Navidad esta Luna Llena
Esta Luna Llena navideña sucede en Cáncer y con el Sol en su signo opuesto, Capricornio. Este eje Cáncer-Capricornio nos habla acerca del equilibrio que buscamos entre aquello que nos aporta seguridad (la familia, los amigos, el hogar, lo conocido) y aquello que anhelamos pero que normalmente se encuentra fuera de nuestra zona de confort (nuestros sueños y ambiciones personales). En otras palabras, se trata de saber balancear estos dos puntos tan importantes en nuestra vida para poder alcanzar una felicidad plena.
Al estar en su propio signo que es Cáncer, la Luna se siente muy a gusto y cómoda y se expresa con mayor libertad que cuando se encuentra en cualquier otro signo zodiacal. Esto hace que nuestros sentimientos y emociones (que representan el área de nuestra vida que son regidos tanto por la Luna como por el signo de Cáncer) se sientan sin restricciones, existiendo una especie de flujo liberador parecido a la sensación que nos permite sentir que podemos “tirar la casa por la ventana” y quedarnos tan anchos. No hay límite.
La energía que maneja la Luna Llena cuando se encuentra en Cáncer es aquella que equilibra el dar y el recibir y que de esta manera aprendamos a mantener este movimiento de vaivén continúo. Por eso es necesario que nos preguntemos qué estamos dando y si nos permitimos recibir en la misma medida, y viceversa. Tanto si nos encontramos en un extremo como en el otro de la balanza, la sensación que nos queda es incómoda, porque aquel que da demasiado, espera recibir lo mismo a cambio o se queda con las manos vacías, y por el contrario aquel que sólo recibe, se puede sentir culpable de no ser capaz de corresponder a cambio, o bien, sentirse inútil, egoísta o angustiado.
La Luna Llena en Cáncer también nos recuerda la importancia de tener experiencia antes de emprender nuevos retos. Es un hecho muy común que en esta época del año, con las fiestas navideñas y la proximidad del nuevo año, nos planteemos acometer nuevos planes, nuevas intenciones para el futuro. Se establece como una ola de deseo colectivo dónde prevalece la necesidad de que la prosperidad nos invada y nuestras situaciones cambien a mejor.
Sin embargo, a veces, por más que lo deseemos no basta. Para que un árbol crezca sano y dé frutos necesita de unas fuertes raíces que lo sostengan. Este paralelismo nos sirve para entender que, a menos que nuestras intenciones no estén sostenidas sobre una base sólida de voluntad férrea y confianza hacia nuestras posibilidades de éxito, los frutos no llegarán a darse jamás por más que lo intentemos. Recuperar aquella ilusión perdida y la fe en las causas imposibles de cuando éramos niños es el regalo que nos brinda cada año la Navidad. En definitiva, esta Luna Llena nos susurra al oído que volvamos a creer en la magia de la vida y comprobar que es posible.
Por otro lado, se dará un gran trígono en los signos de agua entre los planetas de Neptuno en Piscis, Venus en Escorpio y la Luna en Cáncer. Los trígonos son aspectos astrológicos que suelen poseer un efecto altamente positivo. Este trígono de agua nos permitirá disfrutar y compartir de una manera más entrañable y generosa, tranquila pero emotiva, lo que beneficia y va acorde al día de Navidad.
Disfrutar de la oportunidad que nos brinda toda esta energía cósmica y compartir con nuestros seres queridos en una fecha tan señalada es el mejor regalo que nos podría ofrecer el cielo. Aprovechemos la ocasión y expresemos nuestro amor sin filtros hacia nuestros familiares, amigos, compañeros de vida y todo aquel que se encuentre en nuestro entorno más cercano.
¡Feliz Navidad y feliz Luna Llena!