Tauro es el segundo signo el Zodíaco, está representado por un toro y regido por el planeta del amor y la belleza, Venus.
La casa dos representa nuestras posesiones materiales, nuestros valores y nuestros talentos. Las personas de este signo suelen ser agraciadas tanto física como espiritualmente, ya que suelen poseer maneras dulces y delicadas y ser muy sensuales y divertidos.
También tienen fama de tercos porque nadie es perfecto, pero Tauro es uno de los signos más simpáticos, cuidadosos y cariñosos con sus seres queridos.
Sin embargo, como a todos, hay cosas que no deberías pedirle ya que su naturaleza no está inclinada a ellas, aunque para ser justos, Tauro es capaz de cumplir cualquier promesa que haga porque suele tener una enorme fuerza de voluntad.
Veamos ahora cuáles son esas promesas que le costará cumplir y que mejor es no pedirles.
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Que no se preocupe por el mañana
No le pidas que no planifique con el dinero y quiera tener una certeza de todo. Este es uno de los signos más necesitados y proveedores de seguridad de todo el zodiaco.
Es el signo de los banqueros y de los hombres de negocios y, todo, porque Tauro siente mucha seguridad a través de sus posesiones y es por eso que no se toma a la ligera los gastos y el hecho de ahorrar.
No es que sean tacaños, porque no lo son para nada, pero tampoco son unos botarates que no piensan en el mañana, así que si pretendes que no piense en el futuro ni en los ahorros mejor te buscas a otro signo.
Que no sea disfrutón y complaciente
No le pidas que no sea increíblemente sensual y que guste de disfrutar los placeres de la vida. Hay gente que confunde la sensualidad con la sexualidad y la verdad, aunque tienen relación son cosas muy distintas.
A Tauro le encanta disfrutar de sus cinco sentidos: del gusto, comiendo sofisticados platos o sencillamente disfrutando de un postre delicioso.
Pero, también, le gusta recrear su vista, tanto visitando un museo y apreciando la pintura, como deleitándose con el hermoso cuerpo de su amante.
La música y un tono de voz agradable son imprescindibles para convivir con este signo, así como en general todas las cosas que constituyen un placer para el cuerpo, incluido el sexo, claro está.
Que Tauro no sea cabezota
No le pidas que, cuando tome una decisión, de su brazo a torcer. Lo de que son tercos no es un mito. Hasta los que no creen en la Astrología (porque son tercos) admiten que este es un rasgo muy marcado de su carácter.
Y es que Tauro se toma su tiempo antes de decidir cualquier cosa. Es raro que decida algo a la ligera o de buenas a primera (excepto enamorarse, eso es lo único que no piensa mucho) pero una vez que luego de profundas disertaciones ha tomado un rumbo o decidido un camino será tan difícil convencerle de lo contrario que más vale ni intentarlo.
La imagen de alguien tratando de empujar a un toro define perfectamente lo que se logra con esta actitud: cansarse y que el toro ni se mueva de su sitio.