Tauro tiene un lado muy erótico que no suele demostrar a cualquiera. Es una persona muy emotiva y sensible que tiende a disimular este aspecto de su personalidad tras un gran parapeto de indolencia tenaz. Pero en las distancias cortas esto no le sirve de nada y logra transmitir una gran sensualidad con un simple abrazo.
Lo que busca en una pareja es una combinación de pasión, misterio, discreción y una vida interior rica en experiencias personales. Cuando se enamora y una vez que se compromete, ofrece y exige a partes iguales lealtad total.
Los secretos erótico de Tauro
En Tauro existe un amante sensual que cuando se entrega guardará todas sus expresiones de amor para la intimidad. Jamás verás un reloj en su dormitorio porque hacer el amor es la única actividad en que no desea ser apresurado. Cada encuentro pasional debe ser un banquete de placer para los sentidos, dónde poder demostrar sus deslumbrantes habilidades como amante. El contacto sera continúo e ininterrumpido, sino es el acto sexual en sí mismo, siempre habrán de por medio muchas caricias, besos, abrazos o pellizcos insinuantes.
Pero eso sí, es recurrente en lo que a lugares se refiere y aquí la imaginación taurina o fantasías brillarán por su ausencia porque lo que quiere es comodidad y sentirse seguro, y que mejor que su propio espacio personal para ello. Tauro es de ideas fijas y si elige que su cama es el sitio perfecto para mantener los encuentros amorosos, será difícil hacerle cambiar de parecer y al final, acabará sí o sí en su dormitorio.
Cuando sólo mantiene sexo sin amor de por medio, no tiene problemas para decir “te quiero» aunque quizás se muestre menos efusivo en gestos espontáneos de afecto, por lo que tiende a concentrarse más en su parte erótico-sexual y dejar aparte los aspectos más tiernos o cariñosos de su personalidad, algo que impide que sintonice en el fondo con su partenaire y ambos se pierdan una experiencia enriquecedora e inolvidable.
Aunque bien es cierto que no es justo para un signo como Tauro, decir que cualquier experiencia sexual no resulte en sí misma un placer, porque su lado más seductor y erótico es imposible que no emerja en la intimidad y, a pesar de que pueda mantener relaciones sin ataduras o sin un vínculo sentimental importante, será el único momento dónde baje sus defensas y muestre su verdadera naturaleza.
El apetito sexual de Tauro se puede comparar a su apetito de gourmet, porque en ambos campos es un auténtico sibarita que no se conforma con cosas simples o aburridas. En una noche ideal para un encuentro amoroso no puede faltar comida para ser saboreada con los dedos y poder llevarla de manera sensual a la boca de su pareja, así como un buen vino para acompañar.
Hacer el amor es una experiencia integral para Tauro. Es decir, cuántos más sentidos estén presentes en el acto erótico, tanto mejor. Ya no sólo con la comida y el contacto físico, sino que también le encanta que suene una música romántica de fondo, o que el ambiente esté impregnado de una suave fragancia o atenuado a la luz de las velas. Todo con la intención de estimular el potencial afrodisiaco de cada elemento para que el encuentro sea sublime en su amplio contexto, y que sobre todo, le permita sentir plenamente la belleza del momento.
Como buen degustador sofisticado que es, le gusta que el sexo sea profundo y verdadero, por eso no acaban por entusiasmarle demasiado ni los objetos ni los juegos sexuales. La imaginación no será su punto fuerte mientras no permita que su instinto sensual lo gobierne. Y por mucho que le guste disfrutar de su pasión en los mismos lugares convencionales, puede resultarle gratamente sintonizar con su elemento de tierra y hacer el amor sobre un lecho de hojas, bajo las estrellas.
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