Uno de los signos más racionales y fríos del zodiaco, Capricornio, cuenta con una buena lista de aspectos a tratar en su cara oculta.
Y en su caso, son literales, porque suele ocultar todos sus defectos de forma magistral. Capricornio es muy ambicioso, y esta ambición innata suele llevarle al éxito profesional, sin embargo, su afán de tener más y de aparentar más le pierde un poco.
Por ejemplo, un Capricornio con ambición descontrolada puede llegar a olvidarse de su familia o acabar realizando alguna actividad ilícita para conseguir más dinero.
De todas formas, como es muy racional, al final se dará cuenta de que el camino que ha tomado no es el mejor, por lo que, en la mayoría de los casos, logrará acabar con ello.
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Capricornio puede ser vengativo
Si alguien le hace algo, lo pagará y con creces. Sin embargo, sabe que su imagen ante los demás es parte fundamental de su éxito, por lo que la venganza será totalmente oculta.
Nadie sabrá que ha sido perpetrada por Capricornio, así este signo siempre quedará bien y como la mejor persona del mundo. Su rencor puede llegar a ser legendario, perdonar no es precisamente su punto fuerte, pero nunca lo mostrará ante los demás.
Probablemente será capaz de dar un discurso grandilocuente sobre el perdón ante los demás, sobre que es una persona que sabe perdonar, que nada le hace daño, etc, pero en el fondo estará dolido para toda la vida si alguien lo traiciona.
Es más sensible de lo que quiere mostrar, y esto le suele causar muchos problemas personales e incluso de salud: Capricornio es muy susceptible al estrés.
Metódicos en exceso
Su afán por hacerlo todo bien lo convierte en una persona metódica y fría, que necesita mantener el control en todas las áreas de su vida.
Y eso no significa que Capricornio no sepa divertirse, lo hará y mucho, siempre y cuando sienta que mantiene el control de alguna manera, como, por ejemplo, elegir el lugar al que va de copas o el tipo de personas de las que se rodeará por la noche.
Su ambición y raciocinio le pueden llevar a tener una actitud un tanto pesimista, que en realidad es una de sus corazas más usuales. Generalmente, siempre espera lo peor de todo, pero desea lo mejor, por lo que piensa en cada detalle, en los pros y los contras, antes de tomar una decisión.
Esto hace que sea sumamente previsor, quizás en exceso, incluso en áreas que podrían ser más relajadas.
Por ejemplo, un Capricornio joven que vaya de viaje con sus amigos acabará organizando cada uno de los momentos del viaje, realizará un itinerario sumamente calculado en el que incluso estén presentes los momentos improvisados.
Un control y ambición enmascarados
Algunos sentirán que Capricornio es un sol por tomarse el tiempo de hacer tanto trabajo, otros se sentirán un poco agobiados por el exceso de planificación, pero, en realidad, Capricornio lo hace por sí mismo, porque piensa que algo saldrá mal y desea que todo salga perfecto.
Este afán por controlarlo todo hace que sea necesario que en su vida amorosa encuentre una persona que acepte sus decisiones en todo momento.
Capricornio disfruta al lado de una persona que le deje hacer. Si se casa, organizará toda la boda, con los hijos, deseará tener la última palabra, sobre todo en el ámbito de la organización, etc.
Capricornio se sentirá atado con una persona que sea similar a ella, es decir, que desee controlarlo todo, ya que esto le restaría cierto poder. A su vez, en el amor suele pecar de ser demasiado previsible y un poco frío y aburrido.
Sin embargo, si su pareja le expresa que desea otro tipo de relación y que la espontaneidad es lo que le hace feliz, Capricornio tratará de buscar la manera de hacer que todo parezca así, es decir, creará una espontaneidad controlada, lo suficientemente bien pensada para hacer feliz a su pareja.