El solsticio de invierno, que marca oficialmente el inicio de la estación más fría del año, representa también una resurrección tras un período de profunda oscuridad.
Y esto es así porque el sol alcanza su mayor declinación en el cielo del mediodía durante tres jornadas, lo que hace que las sombras se alarguen durante el día, para luego comenzar de nuevo su paulatino ascenso en el cénit, que llegará a su punto más álgido algunos meses después, durante el solsticio de verano.
¿Qué signos pertenecen al invierno?
Como vemos constantemente cuándo estudiamos astrología, el hombre es un reflejo en micro del gran macrocosmos. A través de los distintos eventos astrales, el ser humano va transitando y evolucionando paralelamente.
El centro de todo este proceso astral se da con el Sol y el recorrido que va haciendo a lo largo de los días, meses y años por la rueda zodiacal, siendo los solsticios y los equinoccios momentos de gran liberación energética que marcan los ciclos de la naturaleza y con ellos, los ciclos humanos.
Los signos involucrados en este proceso son Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis que ya que es mutable, como Sagitario, se encuentra ubicado en el lugar de cambio de invierno a primavera.
La personalidad de los signos de invierno está influenciada por los planetas transpersonales Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Veamos cómo es la personalidad de los nacidos en invierno.
La rueda invernal
- El proceso empieza con Sagitario, que evoluciona desde las profundidades acuáticas de Escorpio y cuya representación de un centauro arquero alude a la condición más humana y terrestre, a nuestro lado más animal que se eleva (a través de su parte humana) y que como el arquero lanza su flecha a la distancia, a la grandeza, al conocimiento de lo filosófico y lo religioso.
Es por eso que Sagitario representa esa dualidad de lo muy humano (casi animal como las patas del caballo) que sin embargo se eleva al cielo.
Lo que hace a los sagitarianos personas que constantemente están entre lo más terreno y lo más espiritual.
- Luego, en pleno solsticio de Invierno llegamos al signo de Capricornio, regido por Saturno quien es un dios que representa la vejez y la sabiduría pero también representaba la etapa más infantil de la humanidad, la etapa en donde esta estaba libre de las complicaciones y las exigencias del tiempo, el trabajo y la rutina.
Capricornio también era llamado “la puerta de los dioses” porque es cuando el individuo adquiere una mayor conciencia de las leyes, de la moral y de la responsabilidad con los demás y es por eso que Capricornio rige a personas que suelen destacarse por su gran capacidad de trabajo y sacrificio y su observancia de las leyes y preceptos.
Sin embargo hay una ambigüedad en este proceso como la hay también en el signo de Capricornio, y es que a pesar de representar el inicio del invierno también representa el fin del trabajo en la tierra y la llegada del descanso; es por eso que en su honor y por estas fechas se celebraban las “saturnalias” hedonistas celebraciones romanas en donde los esclavos tomaban el lugar de sus amos y se iniciaba un período de festividades y placer que luego se transformó on el tiempo en lo que conocemos como las celebraciones navideñas.
- Luego de este período de regocijo que precede al recogimiento que traerá lo más cerrado del invierno, entramos en el signo de Acuario que a pesar de ser un signo de aire está muy relacionado con el agua, ya que representa un período de lluvias y es por eso que se conoce como el “portador de las aguas” o el aguador. Y aunque, la personalidad de Acuario está muy influenciada por Saturno ya que en tiempos pretéritos estaba regido por el mismo dios que Capricornio, su talante rebelde, revolucionario y “eléctrico” lo hicieron asociarse posteriormente al planeta Urano.
La personalidad acuariana muy parecida en su carácter radical a Escorpio les hace ser conocidos como “los escorpiones de aire” lo que explica ese magnetismo sexual pero también esa rebeldía típica del signo.
- Luego entramos en el período mas frío y más lluvioso y tempestuoso del invierno, casi hacia su final en donde rige Piscis, que representa esa muerte y disolución antes de renacer de nuevo en la primavera que viene de la mano de Aries.
Es por eso que Piscis representa las aguas profundas, el karma, el inconsciente, ese mundo más profundo de la espiritualidad humana, en donde el ser se disuelve para renacer transformado una vez más en un infante en la rueda kármica de la vida. Esto es lo que hace a los Piscis personas tan profundas , místicas y conectadas con un enorme sentido artístico propio de su dios regente Neptuno.